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El trotamundos de los picaderos en Almería

El trotamundos de los picaderos en Almería

La imagen la tenemos todos en la retina. Cuántos de nosotros no hemos visto a lo largo de nuestra vida un número incontable de soporíferas películas americanas de las que proyectan los fines de semana por la tarde en la pequeña pantalla y que, más que para entretenernos, nos sirven para echar una cabezadita en el sofá.

M.C. CALLEJÓN

Viernes, 6 de mayo 2016, 11:23

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Telefilmes, en muchos casos, con una elevada carga sentimentaloide en la que chico conoce a chica y, claro, después de castas quedadas para ir al cine en el centro comercial -esto antes nos sonaba en Almería a más extraterrestre que otra cosa, hasta que eliminaron las salas del centro de la ciudad y nos obligaron a repetir los mismos hábitos que nos descubrieron los estadounidenses-, terminan dándose un homenaje en cualquier descampado a las afueras de la ciudad.

Bajo la luz de las estrellas, ante el 'skyline' urbano, frente al mar o en recónditos rincones, él -con la edad justa para conducir- al volante del vehículo y ella -sin la mínima para beber pero algo achispada- en el asiento del copiloto, aprendían a conocerse hasta el límite del toque de queda.

Y, por aquello de que unos nos copiamos a los otros o de que, se sea de donde se sea, hay roles que se repiten en cualquier lugar del mundo, también en Almería existen esos rincones especiales del conocimiento mutuo. Hasta 93 puntos recoge el sitio de internet www.mispicaderos.net, que han ido añadiendo poco a poco sus usuarios y que se ha convertido en una especie de 'guía trotamundos' para la práctica del sexo.

Espacios al aire libre o públicos, lugares apartados de los centros urbanos o en su mismo núcleo..., la página web propone un sinfín de opciones y posibilidades que alimentan en morbo y las fantasías de quienes practican el «aquí te pillo, aquí te mato».

La capital y su área metropolitana es, con diferencia, la zona con una mayor cantidad de reclamos, seguida de la comarca del Poniente, Los Vélez e, incluso, el Almanzora.

Al clickear un determinado punto, el sitio de la red informa del nombre con el que se conoce popularmente el lugar -y, en el caso de los más egocéntricos, de su descubridor-, ofrece una descripción del mismo e, incluso, detalla la distancia y el tiempo en llegar desde donde se esté, describiendo punto por punto el itinerario a seguir y facilitando la ruta a través de Google Earth.

Dónde están y cómo son

Cerro (El Palmer): «Gran sitio con grandes vistas, muy romántico. Se accede justo enfrente del hotel del Cañarete, y no tienes más que subir, subir, subir y subir hasta que llegues a horizontal, a la altura de la autovía, y ya te pones en algún cerrillo de ésos que son como miradores».

Playa de las Olas: «Es una playita donde a veces hay gente pescando pero se está bien. Cuidao que a veces hay espectadores desde arriba».

Fotomatón: «El fotomatón del parque donde hay un centro comercial, te habla en todos los idiomas (...) Y si no, justo encima: el tejado del edificio de al lado es bajo y de fácil acceso».

Aseos del museo: «La entrada es gratuita, en los aseos del museo que son bastante amplios puedes cumplir una de tus mayores fantasías... hacerlo en un sitio público... con el morbillo de que te puedan pillar...».

La plataforma: «Una plataforma que en verano ponen en la playa con toboganes y esas movidas. El acceso, ni en coche ni a pie, a nado. Y, la capacidad, todos los que entren pero revueltos».

Club Natación Almería: «El club se encuentra situado en las profundidades de la Vega de Acá, con el arreglo de la zona (entre Cortijo Grande y el río Andarax, recinto ferial). El acceso es más fácil desde el Estadio de los Juegos del Mediterráneo. Está el aparcamiento amplio o, si lo prefieres, puedes colarte en el club de noche (la vigilancia es de mentira) que da más morbo y más espacio verde donde podrás disfrutar de la naturaleza salvaje de la zona, hay césped fresquito».

Último 'parking' de la avenida Cabo de Gata: «Justo en frente del bar Charros (sólo abren en verano). Este sitio es ideal en invierno porque en verano hay mucha gente. Es ideal porque puedes aparcar justo enfrente de la playa».

Desembocadura del río Andarax: «Te metes por la entrada que hay a continuación de donde se hacen los exámenes de conducir. Son caminos de tierra pero seguros».

Picadero de Tony: «Baños de la biblioteca de la Universidad, la planta de arriba, poca gente en época sin exámenes...».

Y es que, para los aficionados al sexo al aire libre, el campus da mucho juego. Proponen, de hecho, «el 'parking' o enfrente, en el lado de la carretera... También puedes bajarte a la playa porque el paseo marítimo queda más alto y si te lo buscas bien nadie te ve».

Costacabana: «Es un descampado donde van gays a pegarse el lote. Exclusivamente gays, ojo. Es un sitio estupendo, alejado, íntimo, todo el mundo sabe que está ahí pero nadie molesta».

Ramblilla del Alquián: «Zona tradicional de calorrillos y chonis. Tiene una entrada que también da al campo de fútbol de El Alquián, que en su parking también son típicas las parejas».

Antiguo supermercado abandonado: «En carretera de Granada, al lado de la gasolinera, el antiguo supermercado Plus, pues lo tienes para ti solo».

Torreón de Torrecárdenas: «Se accede por un viejo camino que queda a la izquierda, bajando la avenida de Torrecárdenas dirección a la C/ Isla de Cabrera; a unos 500 metros pasando el torreón hay una explanada que ofrece mucha intimidad y unas vistas espectaculares».

Torre Cárdenas: «Se encuentra justo al lado del hospital que lleva este nombre: se accede por la glorieta que va al hospital, a la izquierda, el picadero y el hospital a la derecha».

Curva de María Teresa: «Carretera de una urbanización fantasma, en las dos manzanas sólo hay una casa habitada así que no tendréis problemas de coches ni familias paseando felizmente. Eso sí, de vez en cuando pasan cuatro viejas paseando a los chuchos o caminando a paso rápido, pero no se enteran de ná si tienes los cristales traseros tintados».

Túneles de la autovía: «Hay un camino que va a las presas que cruzan la autovía, pues debajo».

Al lado del Barceló: «El sitio es amplísimo, son los aparcamientos que hicieron para los autobuses de los atletas, ideal si trabajas en los hoteles... entre turno y turno».

¿Y en el Levante y Los Vélez?

Embarcadero (Aguamarga): «Ideal para las noches de verano, ya tarde por lo del público infantil. Tienes las barcas de la arena, el chamizo de las piraguas o, si eres valiente, te vas nadando a alguna barca fondeada».

El faro (Carboneras): «¿Qué jovencillo que tenga coche y se precie no ha estado alguna vez en el faro? Amplia zona de descampado donde aparcar y darle al mambo».

Aparcamiento de Los Muertos: «Picadero bastante amplio y tranquilo sólo en invierno ya que en verano se peta de gente. Poca iluminación, buenas vistas».

Los Montones -«sitio poco transitado y alejado»- y, en la costa, 'La Puntica' -«playa con una larga extensión de arena donde no llega la luz»-, o el 'parking' del Mandala en Mojácar y El Playazo de Vera, a la que definen como una «playa naturista donde en sí toda ella es un picadero (...) Esta playa es un auténtico putiferio, de lo que estamos muy orgullosos los veraneantes de allí. Ya se acerca la fecha para visitarla. Pruébala».

La Rambla: «Los túneles que hay en esta rambla son idóneos para un casquete rápido aunque si no tienes cuidado te pueden pillar».

Los espacios culturales no escapan de las sugerencias, como el Castillo de Terreros, en Pulpí, que además del apunte histórico de que fue «construido por Carlos III», consideran que es un lugar idóneo para la práctica del sexo como lo era ya «hace 20 años». Aunque, para vistas, las que ofrece el pantano de Cuevas del Almanzora, que tampoco escapa a ser sugerido.

'Parking Natural Life' (Huércal Overa): «Descampado detrás del Budha. Es donde aparcan los que van del gimnasio. Cuando el gimnasio se cierra se queda desierto. Claro que necesitaréis coche».

En la zona de Los Vélez, son numerosas y, además, de lo más variopintas las propuestas.

Desde la Fuente de Omar de Vélez Rubio, que es «un clásico en el pueblo», al polígono industrial y, en Vélez Blanco, 'Los letreros', al que califican como un «lugar muy solicitado por los vecinos de la localidad», además de las escuelas, a las que «se tiene que ir por las tardes o noches y, si te lo montas bien, no te verán pero quedarás en boca de todo el pueblo cuando te vean salir».

Aunque traspasando cualquier límite, sugieren hasta la iglesia porque, dicen, «algunas tardes está abierta y puedes hacerlo debajo del altar o en las escaleras para subir al campanario» y, además, advierten de que «hay que tener cuidado con la Rosario».

También en María, aconsejan la torreta del repetidor de televisión, la zona de huerta conocida como Gaitero -«entre preciosos almendros en flor»- o el pinar ubicado a los pies de Sierra María o la zona recreativa del Parque Natural.

Ya en el Almanzora, el desguace de Albox se propone como un «lugar tranquilo, donde los fines de semana se fusionan las pasiones de propios y extraños», el 'Cerro Castillo' donde «según en la posición que te pongas miras para El Saliente, o para la molata, o para el circuito de la mina», aunque el mirador también es un «lugar poco concurrido pero a veces hay porreros trincándose una litrona y alguna que otra L».

En Olula, 'El cañico', «con poca iluminación donde se pueden pasar horas y horas sin que nadie te vea...»; tras la Nissan -«un buen sitio pero hay que estar pendiente que no se te haga de día»-; o en el depósito del agua porque es «pintoresco» y, además, «no es fácil que te pillen, ideal para llevar muchachillas».

En la Fuensanta y alrededores, en el entorno de Serón, hay «poca luz para una buena visibilidad de las estrellas y apartado de las miradas de curiosos».

Poniente y su costa

Hablan de las hamacas de la playa de Almerimar «abandonadas por la noche tras un duro día de playa, ideales para noches de verano por sus fabulosas vistas al mar y su gran privacidad, puesto que tan sólo se tiene la luz de la Luna», así como los estacionamientos de Ejido Beach «ya que se encuentra a medio construir y esto da lugar a un montón de aparcamientos solitarios en los que no te molestará nadie. Si acaso, otro que también venga a lo mismo». Eso sí, recomienda tener cuidado en verano «con los mosquitos».

El Castillo de Guardias Viejas también se sugiere como «un lugar de una belleza absoluta, frente al castillo iluminado y al lado de un viejo cuartel de carabineros abandonado».

El Caminillo del Médico, en Matagorda, es otro de los parajes en los que «podrás coitar entre arbustos o en el propio camino, ya que no es transitado muy a menudo»; o el camping Balerma, «escondidito de tránsito a pie, y escondido tras los árboles de la carretera».

Y, ya en el núcleo urbano principal, el botellódromo, «salvo cuando hay botellones, normalmente los sábados»; y los aparcamientos frente al Pabellón de Deportes, aunque recomiendan darse prisa puesto que «al lado se está construyendo el nuevo Cuartel de Policía».

Roquetas sigue a El Ejido en número de picaderos recomendados, aunque destacan 'El árbol del amor', situado «a la derecha del campamento, después de la ramblilla a la derecha según miras al mar»; la playa Las Salinas -a pesar de los mosquitos-; la de la Urba, «ideal entre los meses de octubre a mayo» o, incluso, en verano, «buscándose un buen escondrijo», además de la zona de la iglesia de la Virgen de los Vientos o la reserva natural aunque en verano, a causa de los mosquitos, es «aconsejable llevar cristales cerrados».

En Adra, proponen el Cerro de la Torre «rodeado de invernaderos y muy oscuro» y 'Los Puentes' de la carretera a La Caracola. La Alpujarra y el Andarax cuentan con menos oferta aunque no están desprovistas de algunas opciones, como el paraje natural de Castala, en Berja, «rodeado de pinos y caminos solitarios»; tras la alhóndiga de Dalías; o en el Arroyo de Celín. El Farax, entre Huécija y Alicún, la curvica de Íllar, «junto a los molinicos» o Los pinos de Alhama de Almería -«mítico picadero de los jóvenes alhameños, ya en desuso debido a recientes obras y reformas aunque por las tardes y noches se puede echar un revolconcillo oculto por la vegetación, encima de las mesas de picnic o más arriba encima de las viejas tuberías de riego», conforman las propuestas de unos municipios cuya oferta de ocio tampoco es que sea muy elevada.

La cuestión ahora es si todos estos lugares seguirán siendo tan íntimos o habrá quienes acuda a ellos, además, a fisgonear.

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