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La pesca artesanal se resigna ante el delfín

La pesca artesanal se resigna ante el delfín

Aunque insiten en la necesidad de recibir ayudas compensatorias de la UE, los marineros dejan de contabilizar las pérdidas que les provoca la inteligencia de esta especie

María Torres

Sábado, 22 de octubre 2016, 09:04

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La pesca artesanal de Adra tira la toalla frente a las pérdidas que le ocasionan los delfines. Si hasta hace unos meses anotaban cada interacción para justificar su problemática, el sector hoy se resigna a la espera de unas ayudas compensatorias que nunca llegan. «Cansados de que no nos escuchen», según denuncian desde la Asociación de Productores Pesqueros del municipio, algunos pescadores optan por no salir a faenar.

«No sale rentable pasar la noche en la mar, con los gastos de combustible y personal, para regresar a puerto sin nada y con las redes rotas», explican. «En un encuentro mantenido en Madrid, en la sede del Instituto Oceanográfico Español, se nos prometió a los representantes de las distintas cofradías y asociaciones que acudimos que nos visitarían para tomar datos objetivos de lo que estaba ocurriendo y poder justificar así el problema. Fue en diciembre del año pasado y aún estamos esperando», ha denunciado a IDEAL José Nadal, responsable de la Asociación de Productores Pesqueros de Adra.

Alcanzar una convivencia respetuosa entre delfines y pescadores no es sencillo porque comparten y compiten por los mismos recursos. Los primeros viven en su hábitat natural y buscan alimento. Los segundos se lanzan a la mar para asegurar «el pan de nuestros hijos». Las embarcaciones de cerco y de trasmallo son las más vulnerables ante la presencia de delfines, una especie protegida que consigue romper las redes hasta conseguir hacere con las capturas. De nada sirve la pericia de los pescadores más experimentados para ahuyentarlos. Golpear el casco del barco para asustarlos, proyectar luz submarina o apagar las luces de la embarcación resultan inútiles ante un animal que destaca por su inteligencia. Tampoco la instalación de aparatos sonoros en las redes.

Actualmente no existe ninguna medida que impida al delfín lograr su objetivo, según Promar, asociación para la defensa de la fauna marina, que ha estudiado de forma minuciosa una problemática generalizada en el mar Mediterráneo, presente también en el Cantábrico. «Todo el sur de Almería es un lugar de interés comunitario por la presencia de poblaciones de delfines mulares y este dato debería hacer reflexionar a la población y a la administración», apuntan desde Promar, donde también se reivindican ayudas compensatorias para los pescadores. Incentivar la reproducción de jibia, uno de los bocados más apetitosos para los delfines, podría valorarse como una solución a medio plazo.

A juicio del coordinador de Promar en Adra, Francisco Toledano, los delfines son «una víctima más» de una situación que afecta a partes iguales tanto a una especie protegida como a un sector económico. «Los pescadores tienen derecho a pescar y los delfines a alimentarse», matiza. Sin embargo, mientras no se tomen cartas en el asunto, pescadores y delfines vivirán sumidos en una continua lucha de intereses sin cuartel.

Más pérdidas

Las repetidas interacciones que se producen entre la pesca y el delfín afecta de lleno a la flota artesanal abderitana. Compuesta por una veintena de embarcaciones, el sector espera un invierno que se avecina duro. «Durante los meses de invierno, la comida escasea y el problema se incrementa», auguran los pescadores. «Los delfines provocan un destrozo bestial en las redes y los pescadores ya están hartos de adquirir nuevos paños o de remendar las redes; una avería puede extenderse hasta dos semanas», detalla José Nadal, responsable de la Asociación de Productores Pesqueros de Adra. En una embarcación de trasmayo suele haber una red compuesta por 30 piezas. «Cada pieza de 100 metros ronda los 200 euros y un día de remiendo se paga a 50 euros. No salen las cuentas», insiste. En el último semestre de 2014, se contabilizaron en Adra pérdidas globales de hasta 370.000 euros

Promar

Los delfines centran su atención principalmente en las embarcaciones de cerco, actúan al amanecer y abordan las redes a escasas cuatro millas de la costa. Según un estudio realizado por Promar y publicado por IDEAL en marzo del año pasado, las interacciones se incrementan durante el invierno. Sólo durante el segundo semestre de 2014, se registraron más de un centenar de desencuentros y las pérdidas para el sector alcanzaron los 370.000 euros.

Una veintena de embarcaciones, la asociación de pesca artesanal El Chorreón, la Organización de Productores Pesqueros de Adra y la Agencia Pública de Puertos de Andalucía colaboraron entonces con este estudio concebido para justificar la problemática y optar a ayudas compensatorias. Desde entonces, no se ha movido ficha. Resignado, el sector pesquero ha dejado de registrar las incidencias y cuantificar las pérdidas, aunque el problema siga siendo el pan de cada día. Desde la asociación para la defensa de la fauna marina se hace un llamamiento a la unión del sector artesanal para seguir insistiendo en la solicitud de unas ayudas que están contempladas como tal por la Unión Europea para este tipo de casos. «La Junta de Andalucía debe solicitar al Gobierno un programa de acción para la obtención de datos fiables y es el Ejecutivo Central el que debe reservar una partida para su elaboración y trasladarlo a la UE», resumen desde Promar. Pese a apostar por seguir reivindicando soluciones, el colectivo se muestra receloso de alcanzarlas.

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