Adra, en la élite de la vela española

Comenzó cuando apenas tenía siete años, motivado por su padre, que también practicó vela de pequeño. Llegó, probó y triunfó. En apenas un día se hizo con el raquero para pasar a dirigir su propia embarcación por sí mismo. Disfruta cada fin de semana del deporte al aire libre, del contacto directo con el mar y, cuando no se puede navegar, exprime la técnica y depura errores en clases teóricas. Destacan de él su talento, su capacidad de aprendizaje y su sentido de la competición. «Disfruto participando, pero más aún ganando», confiesa con inocencia.

Hasta la fecha, ha conseguido proclamarse campeón sub-11 de Andalucía y España en Murcia y campeón en la categoría sub-13 de Andalucía en Cádiz. Gracias a este último título, logró colarse en el equipo andaluz de vela y navegar en aguas del país Vasco y de Lanzarote. No hay regata que se le resista: «Mi reto ahora es ser campeón de España sub-13».

Apoyo incondicional

Siempre bajo la tutela de sus padres, que le acompañan a todas las competiciones, José Manuel disfruta de la vela y de cada destino. «Me gusta la vela también porque me permite viajar, conocer sitios nuevos y hacer amigos», reconoce.

Pese al gasto añadido que supone, esta joven promesa de la vela cuenta con el apoyo incondicional de sus padres. Su madre, Noelia Avilés, aún está sorprendida por tener a un regatista en casa, pero no esconde su orgullo. Conoce perfectamente a su hijo y es consciente cada día de su esfuerzo y dedicación. Tras los títulos conseguidos, hay muchas celebraciones a las que ha tenido que renunciar, una organización muy medida para poder compaginar estudios y deporte y una motivación extraordinaria. «Requiere mucho esfuerzo por su parte, pero sé que le compensa. También a nosotros, que no queremos perdernos ni una regata», asegura.

De la vela como deporte, «como madre», subraya «el buen ambiente que hay». «Está contacto con la naturaleza y le fortalece mucho el sentido de la responsabilidad». Su hija pequeña ya ha empezado también a practicar con el raquero y «está muy contenta también». Quizá siga los pasos de su hermano.

Incondicional es también el apoyo que José Manuel Cuéllar recibe de su entrenador, Raúl Martínez. Apasionado de la vela y regatista profesional, supo reconocer el talento de José Manuel desde el principio. «Logró estar entre los 20 primeros de Andalucía y quedó sexto en el Campeonato de España sub-13. Compitió con niños de 15 años y ganó», matiza para poner en valor la extraordinaria carrera de este joven deportista abderitano. Lo define como un niño «centrado, inteligente y competitivo», sobradas cualidades para destacar en vela. «Han tenido que pasar 18 años para que el Real Club Náutico de Adra volviera a tener representación en campeonatos de este nivel. Despuntar no es fácil», afirma con propiedad.

Raúl también se coló entre los mejores. Representó a España en China hace dos décadas. «El reto ahora es intentar clasificarlo para el Campeonato del Mundo. Una carrera de fondo, aún tiene cuatro años por delante en Optimist», adelanta.

Un deporte desconocido

Pese a ser una ciudad marinera, la vela sigue siendo un deporte desconocido en Adra. En los últimos años se han dado paso de gigante en el Real Club Náutico para motivar a los más pequeños. Se han impartido buceos de mar entre los escolares y se han organizado cursos de iniciación gratuitos. Testigo de muchas regatas, Adra se llena de vida en cada competición y la vela se convierte, además de un deporte, en un atractivo turístico para la localidad.

Actualmente una docena de niños abderitanos conforma la Escuela de Vela del Real Club Náutico de Adra y el equipo de regatas. «Los últimos cinco años de trabajo empiezan a dar sus frutos y en José Manuel hay todo un ejemplo a seguir. Somos un equipo humilde, pero con buenos resultados», señala su entrenador.

Para tener una primera toma de contacto con la navegación a vela, basta con ponerse en contacto con el RCNA. «Las puertas del club están abiertas y la primera clase es gratuita», recuerda su presidente, Antonio Fernández. Nunca es tarde para empezar.