Adra estrena campo de rugby, resultado del trabajo en equipo
Padres e hijos han sembrado, han curado y han regado el césped del terreno de juego, cedido para este fin por una empresa de la localidad
maría torres
ADRA
Miércoles, 8 de enero 2020, 12:13
Soñaron con volver a jugar al rugby como lo hicieron de chavales, con recuperar la motivación de entonces y saber transmitírsela a sus hijos. Se organizaron para crear equipo, enseñar a los más pequeños y hacer de este deporte una opción más en municipio donde «no existía». Luego llegaron los entrenamientos, las competiciones deportivas, el intercambio de experiencias, los viajes y las victorias, siempre independientes del resultado. Faltaba un lugar acorde donde practicarlo. Ya lo tienen y sólo han pasado cinco años.
El primer campo de rugby de Adra se ubica a los pies de la nacional 340 de Adra, entre la rotonda de El Atrevío y La Alcoholera. Se trata de un espacio de césped natural, de 70 metros de largo por 35 de ancho, adecuado para la práctica de este deporte. Es el resultado del empeño, del esfuerzo y del trabajo en equipo y lleva el nombre del club deportivo Marrajos. «No cumple las medidas perfectas para la competición, pero para una escuela como la nuestra es una gozada. El césped artificial quema. Además, ya podemos hacer uso de este espacio de juego sin restricciones horarias. Para nosotros en un sueño que se ha hecho realidad», ha explicado Rudy Mahiques, presidente del colectivo.
Calendario de trabajo
En su primer encuentro, disputado el pasado sábado entre veteranos, el campo de rugby abrió sus puertas y terreno de juego respondió. El alcalde de Adra, Manuel Cortés, también pisó el terreno de juego con el dorsal número 14, una muestra de su apoyo al deporte en general y al rugby en particular.
Atrás queda el trabajo de todo un club volcado con este proyecto. «El terreno fue cedido para este fin por la empresa Promociones Adra. Para darle forma hemos necesitado fondos del club, hemos buscado patrocinadores y hemos pedido ayuda al Ayuntamiento», ha explicado su presidente. En enero del año pasado se comenzó a trabajar el terreno, después se valló el perímetro y, en verano, se sembró el césped. Desde entonces, se ha mimado con atención su crecimiento. Organizados en turnos de trabajo, padres e hijos han sembrado, han curado y han regado con cuidado e ilusión el que sería el primer campo de rugby del club.
«Este club por definición son sus jugadores y sus padres. Cada uno ha aportado lo que ha podido. Uno semillas, otro fertilizantes, otro maquinaria... Y entre todos, en un año, se ha conseguido hacer realidad un sueño», ha reconocido. Para su mantenimiento, también se ha establecido un calendario de trabajo conjunto.
La puerta para probar siempre está abierta. La Escuela de Rugby Gradual está compuesta actualmente por 45 niños de 6 a 11 años de edad y atiende a 50 más, de entre 3 y 7 años, en el grupo multideporte. De forma paralela, el club sigue cosechando éxitos a través del Marrajos, que en los últimos tres años e ha proclamado campeón de la liga provincial. Las chicas, cuya presencia era minoritaria, han conseguido formar su propio equipo en Adra. Lleva por nombre Pintarrojas y es el segundo equipo de rugby femenino de la provincia. «Como presidente del club, me da miedo esta evolución. Detrás de una escuela hay mucho trabajo, más aún para un deporte minoritario que hace sólo cinco años no existía», ha matizado.
La herencia de un antiguo profesor
El pasado sábado fueron muchos los que recordaron a un antiguo profesor de Educación Física que, allá por los años 90, sustituyó el fútbol por el rugby durante un trimestre del curso. «Pablo Villanueva, profesor del IES Gaviota, que además era jugador de rugby, fue el que puso la semilla de un deporte desconocido en Adra», reconoce hoy Rudi Mahiques, presidente del club deportivo Marrajos. Aquellos estudiantes, que ya peinan canas, son hoy los padres de los niños y niñas que dan forma al club, los verdaderos protagonistas de que el rugby se haya convertido en una opción deportiva más en Adra. «Con ellos no buscamos la victoria, sí su crecimiento como personas. El rugby para nosotros es una escuela de valores. Les enseñamos a caerse, a levantarse y a ir a ayudar a un compañero. Como en la vida, a recomponerse y a seguir adelante», confiesa el que fuera alumno de Villanueva.
Alrededor de 200 personas arroparon al club en la inauguración del campo, un día importante para quienes han conseguido que el rugby ocupe el lugar que le corresponde en la ciudad milenaria. Tras la puesta de largo del campo del Marrajos, la próxima convocatoria será este sábado en el estadio Miramar. El club abderitano ejerce de anfitrión en la segunda jornada de rugby gradual que organiza la Diputación de Almería. Recibirá a El Ejido, Roquetas de Mar, Huércal de Almería y Costa de Almería. Larga vida al 'tercer tiempo'.
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