El mar, un 'aliado' para conciliar trabajo y familia en Adra

A las nueve de la mañana comienza a llegar la chiquillería a las instalaciones. Todos llevan mochila, mascarilla y muchas ganas de pasarlo bien. Son 20, no más. La covid-19 ha obligado a ser especialmente cuidadoso con los aforos. Al frente de este campus está Isabel Rodríguez, coordinadora de la escuela, integradora social y animadora sociocultural. Hoy toca practicar kayak y se nota en el ambiente las ganas de empezar. «Este año hemos querido enfocar la programación al deporte y, sobre todo al deporte de agua. Tenemos dos horas diarias que destinamos a actividades acuáticas como vela, kayak, buceo y pesca deportiva», explica. También se practica natación en la Piscina Municipal; se trabaja la resistencia, la fuerza y la velocidad a través de juegos en el centro de entrenamiento Sano; y se juega al pádel de la mano de la escuela Canario.

Respetar el medio

Estas actividades se suman a otras más tradicionales, que también las hay, relacionadas con las manualidades. «Hacemos pequeños experimentos, que les suele llamar mucho la atención, y siempre trabajamos con materiales reciclables», subraya. La última obra de arte, un robot con estropajos. Detrás de cada manualidad, hay un mensaje que alerta sobre la imperiosa necesidad de cuidar el medio ambiente en general y el mar en particular. Los chavales participan en limpieza de playas y, gracias a esa reconexión con el mar que lleva consigo esta escuela, son mucho más conscientes del tesoro natural del que disfrutan cada día. Las actividades bilingües y la educación en valores completan cada día la programación, siempre en forma de juego.

Empeñado en promocionar los deportes náuticos en Adra, el Real Club Náutico está «muy satisfecho» con este nuevo concepto de escuela de verano. «Queremos que Adra mire al mar», insiste su presidente, Antonio Fernández. Para Raúl Martínez, uno de los monitores del club, campamentos como este resultan muy interesantes para que los niños se interesen por los deportes náuticos. «Todos los días hay actividades de agua. No hay que tenerle miedo al mar, sí respeto, pero todo se organiza cuando el mar está en calma, en grupos reducidos y siempre con todas las medidas de seguridad. Lo importante es que se lo pasen bien en el mar», matiza.

«Maestra, ¿cuándo vamos a empezar?», pregunta uno de los niños que acude cada día hasta estas instalaciones. «Después de desayunar. Hay que tomar energía», le contesta. Hoy es viernes y toca desayuno en el restaurante del club: tortas caseras con chocolate y fruta variadas. Listos para partir.

Un club comprometido

El Real Club Náutico de Adra mantiene vigente una campaña de información concebida para que los niños respeten el mar, lo cuiden y, además, enseñen a sus padres a hacerlo. Desde 2017, el club está comprometido con el medio ambiente organizando limpiezas de playas, reparto de trípticos y talleres medioambientales.

De forma sencilla, se les explica a los niños cuáles son las consecuencias de tirar basura al mar, del irreparable daño que provoca en la fauna marina y de las ventajas de cuidar de la playa para poder disfrutar de ella. Además, se les motiva a reciclar con la intención de que también lo hagan en casa y animen a sus padres a hacerlo. El club aprovecha su campamento de verano para difundir este tipo de mensajes, que también están presentes en sus bautismos de mar y en cualquier otra actividad que lleve a cabo entre los más pequeños. La campaña se vio interrumpida el año pasado por la declaración del primer estado de alarma, pero se retomó en el mes de junio, cuando el club abderitano pudo continuar con su actividad.