Arturo aparca el carro de sus helados

A los nueve años ya recorría 'la Carrera' de Adra vendiendo bolsas de polos. Hoy, inaugurada la setentena, ha decidido separarse de su inseparable carro de venta ambulante. Los años pesan y la salud manda. Es Arturo López Maldonado, Arturo 'el de los helados' para los abderitanos, uno de los vecinos más conocidos y queridos de la ciudad milenaria. A pesar de sus achaques, el pasado domingo acudió al estadio Miramar de Adra, no para vender su singular granizado de limón, sino para recibir el reconocimiento a toda una vida de trabajo.

El fútbol abderitano quiso agradecer a Arturo su dedicación con un partido amistoso que enfrentó a los veteranos de la Agrupación Deportiva Adra con los veteranos del Almería. «Me siento muy agradecido y muy querido y, además, creo que me lo merezco por tantos años de trabajo», confiesa a IDEAL con la honestidad de quien ya está de vuelta. Arturo pertenece a la cuarta generación de heladeros artesanos y ha recorrido con su carro toda Adra y media Alpujarra. Su bisabuelo, su abuelo y su padre también lo hicieron. Originalmente vendían turrón y medias lunas de merengue. Hoy cucuruchos de helado, granizado de limón y leche merengada. En invierno, para combatir la estacionalidad del mercado, castañas asadas.

Sus tres hijos continúa con la tradición. Dos lo hacen de forma ambulante y uno ha establecido su propia heladería en Balanegra. «Hacer helados no es para hacerte rico, pero sí da para comer», reconoce. Ya retirado del mundo laboral, atribuye el éxito de sus helados a la tradición que arrastra: «El secreto es que es un producto familiar». Larga vida a los helados de Arturo.