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Adolfo García, en el campeonato de Londres. A. G.
«Hemos batido récord en Andalucía y entre los cuatro sumamos 280 años»

«Hemos batido récord en Andalucía y entre los cuatro sumamos 280 años»

Adolfo García, Nadador del Club Bahía de Almería ·

Acaba de regresar de los Campeonatos Máster de Natación de Andalucía con cuatro medallas de oro y una de plata bajo el brazo

MARÍA TORRES

ADRA

Lunes, 26 de abril 2021

Acaba de regresar de los Campeonatos Máster de Natación de Andalucía con cuatro medallas de oro y una de plata bajo el brazo. Entrena con el Club Bahía de Almería, se autodefine «el abuelete» del equipo, y en diciembre cumplirá 80 primaveras. Su afición por la natación comenzó un par de años antes de jubilarse y, desde entonces, ha competido en tres campeonatos del mundo, en dos europeos y en media España. Aunque sin ánimo de hacerlo, Adolfo García (Málaga, 1941) se ha convertido en un ejemplo para las personas de su edad y en un referente para los más jóvenes.

–¿Qué le empujó empezar a nadar y a competir con 63 años?

–En el Club Mediterráneo de Málaga organizaron unas pruebas, me cronometraron y me animaron a nadar. Vivo en Adra desde hace 43 años y, cuando empecé, aún no había piscina. Me tenía que desplazar a El Parador o a Vícar. Ahí empezó todo.

–¿Cómo fueron sus primeros campeonatos?

–De mi primer campeonato de Andalucía me traje un oro. Fue en Huelva, en 2005. Allí contacté por primera vez con el Bahía de Almería, el club al que pertenezco. Mi primer campeonato de España fue en Oviedo, un año después, y logré un bronce. Al año siguiente, en 2007, participé en mi primer campeonato de Europa, en Eslovenia, y en 2010 llegó mi primer campeonato del Mundo, que fue en Suecia.

¿Alguna competición que recuerde con especial satisfacción?

–En todos los campeonatos me lo he pasado muy bien. Especiales son los campeonatos del mundo celebrados en Suecia, Italia y Hungría, donde he conseguido clasificarme entre los 25 primeros de mi categoría. En un europeo, en Londres, hice séptimo en 100 metros libres. También fue especial uno celebrado en Madrid, donde vive mi hijo, que fue a verme y me grabó en vídeo. Fue la primera vez que me vi compitiendo y, además, me traje medalla. El último andaluz también ha sido especial porque ha sido después de un año de pandemia. En relevos nos hemos traído el oro. Hemos batido el récord de Andalucía en 17 segundos. ¡Entre los cuatro sumamos 280 años!

–¿Qué la aporta la natación en su día a día?

–Me gusta mucho. Para mí la natación es calidad de vida. Físicamente me hace sentir muy bien y, además, me permite estar en contacto con personas más jóvenes que yo. Algunos entrenadores me ponen de ejemplo, algo que no me gusta. Lo que sí me gusta es transmitir las bondades de la natación. Esfuerzo, constancia y trabajo, ahí está la clave. Como la vida misma.

–Acostumbrado a entrenar de lunes a sábado y con la Piscina Municipal de Adra cerrada temporalmente, ¿cómo ha sobrevivido al confinamiento?

–Me hacía tablas de ejercicios en mi casa y salía a dar paseos. Eché mucho de menos la piscina, pero no quería obsesionarme. Ya en verano, suelo nadar en la playa de San Nicolás, de espigón a espigón, ida y vuelta. Me conozco el recorrido y es divertido. En contrapartida, siempre te puedes encontrar alguna medusa (risas).

Es el nadador de mayor edad de la provincia. ¿Nunca es tarde para empezar?

–Nunca. Yo lo recomiendo a todas las personas de mi edad. Lo fundamental es pasarlo bien, sin agobiarse. Cada uno debe luchar por superar sus propios límites. Hay que esforzarse, pero siempre dentro de unos límites razonables. Yo he subido el tiempo; tardo más en nadar que cuando empecé.

–¿Y eso cómo se encaja psicológicamente?

–Con la mayor naturalidad del mundo. Igual de importante es la constancia y el trabajo que reconocer tus limitaciones. Los años pasan y, si no lo aceptas, pobre de ti.

–¿Tiene usted achaques?

–No, ninguno. La natación no me provoca lesiones. Está recomendada para personas que padecen lesiones de espalda y para las articulaciones va muy bien. Aprendes a controlar la respiración, trabajas todos los músculos del cuerpo... Es un deporte muy sano. También ejercitas la memoria. Yo voy contando las brazadas, en español y en inglés, para no perderme.

–¿Le queda natación para rato?

–Por supuesto. Dejaré de nadar cuando la naturaleza me obligue a hacerlo. En el último campeonato del mundo, en Budapest, vi a un nadador húngaro y a otro ruso, con 92 años cada uno. Da alegría ver que con esa edad aún se puede. No hay límites.

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