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María Torres
Adra
Martes, 5 de septiembre 2023, 18:54
Debe su nombre al apellido italiano Natoli, en homenaje a los antepasados de quienes han dado un paso al frente para crear un atractivo más en esta barriada de apenas 200 habitantes. Ubicado a tres kilómetros de la costa, en el término municipal de Adra, el establecimiento está decorado con mimo y con un marcado carácter alpujarreño fundirse con el entorno. Además de sabrosos platos, Restaurante Casa Natoli promete ofrecer al visitante una experiencia culinaria que marida arte y gastronomía.
Promovido por la Fundación Ana María Castillo, es el primer negocio hostelero que ve la luz en La Alquería. Sus gerentes, que desde hace años comparten y difunden con turistas y foráneos el «extraordinario potencial» de este enclave, pronto notaron la «necesidad» de abrir un punto de encuentro de este tipo. «Era necesario abrir un restaurante para seguir dinamizando La Alquería. Llevamos muchos años atendiendo a visitantes y siempre nos preguntaban dónde poder tomar algo tras su visita. Y en La Alquería no se podía», nos explican.
Localizado en el número 16 de la calle Rambla de La Alquería, Casa Natoli es, además de un lugar para conversar, un espacio abierto al arte. «La intención es programar exposiciones, presentaciones de libros, obras de teatro, conciertos y cualquier otro tipo de manifestación artística», avanzan. La primera muestra llevará la firma de Alcaraz y está prevista para este septiembre.
El edificio, por su parte, mantiene los rasgos arquitectónicos de la Alpujarra: fachada de color blanco, rejas en las ventanas y materiales naturales. Distribuido en dos plantas, se han habilitado espacios diáfanos que permiten jugar con cada actividad. El restaurante ofrece un pequeño patio con una fuente como protagonista, adornada con macetas que impregnan de color y olor este rincón de La Alquería.
Actualmente se encuentra abierto al público la primera planta y se puede visitar, previa reserva, los jueves, viernes, sábados y domingos de cada semana. «Los sábado ofreceremos cocina de autor», señalan. En el menú, en cualquier caso, adquieren especial protagonismo los productos de la zona o de 'kilómetro 0'. La segunda planta se reservará para celebraciones y, «en breve», se abrirá el patio. Para materializar esta iniciativa empresarial, se ha contado con el apoyo económico del Grupo de Desarrollo Pesquero del Poniente Almeriense.
Lugares de paso obligado
La Fundación Ana María Castillo acaba de editar un folleto que pone de relieve los museos, lugares históricos y monumentos más destacados de La Alquería. En su paseo por este barrio histórico, se incluyen como lugares de paso obligado la Fuente de la Parrona como punto de partida de varias rutas de senderismo o la Fundición de Plomo San Luis y la Fábrica de Azúcar Nuestra Señora de la Aurora. Esta última, llegó a producir casi cinco millones de caña molida en 1902. Cerró dos años después. Interesante resulta también visitar la iglesia de Las Angustias, patrona de La Alquería, que data del siglo XVIII; el Huerto Jardín, que alberga plantas de distintas parte del mundo y explica al visitante las características de la agricultura tradicional.
La publicación, asimismo, establece una parada en la Ermita de las Ánimas, una construcción que se levantó en la Alpujarra -a partir de 1570- para purificar el alma de las personas fallecidas «con pecados leves no perdonados» y en el Museo del Barrio Alto. En este edificio, ejemplo de la arquitectura popular de la Baja Alpujarra, se recrea el valor ecológico del río Adra y se muestra material etnográfico sobre el aprovechamiento que la población ha hecho de los recursos naturales del río, sus costumbres, gastronomía y tradiciones más arraigadas. Con la Ermita de Fray Leopoldo, terminaría el recorrido propuesto por la fundación en este folleto.
«Pura Alpujarra»
Para la Fundación Ana María Castillo, el atractivo turístico de La Alquería es innegable. «Tenemos una iglesia del siglo XVIII con un cementerio adosado, de las que quedan pocas; una Ermita de las Ánimas; nos ubicamos en la antigua vega de Adra, al lado del río; en un paisaje que se brinda a realizar rutas de senderismo por la montaña y a escasos kilómetros del mar. La Alquería es pura Alpujarra», enumeran desde el colectivo.
Conscientes de que queda mucho por hacer, como «mejorar la falta de limpieza y crear plazas de alojamiento rural», Restaurante Casa Natoli es «un paso más» para explotar la vertiente turística de este enclave. «Tenemos mucha ilusión en que este proyecto funcione, atraiga a gente hasta La Alquería, que se conozca el sitio y ayude a impulsar su desarrollo de forma integral», concluyen. Un barrio histórico que mira al futuro con la esperanza de renacer.
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