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Rocío con su familia y con los recuerdos que conserva de su hijo Kilian, que falleció en la semana 34 de gestación. R. I.

Familias en eterno duelo: «No hay latido»

Tres madres relatan a IDEAL cómo afrontaron la pérdida de su bebé poco antes de nacer: «No se supera nunca»

María Torres

Adra

Viernes, 20 de octubre 2023

Ariana llegó al mundo en plena pandemia, un 7 de agosto del año 2020. Superó su periodo de gestación «sana como una manzana», dando cuenta de su carácter. «Se movía mucho, era un torbellino», recuerda hoy su madre, pero su corazón dejó de latir antes de ver la luz del sol. Estaba en su semana 35 de embarazo. «Nunca imaginé que un bebé pudiera irse antes de nacer. Aún hoy no me lo explico», lamenta con un dolor irreparable que le acompañará toda la vida.

Irene González vivió con Ariana su segundo embarazo. Tenía 37 años y una niña de cuatro. Fueron muchas semanas de visitas al hospital, «sola y con mascarilla» debido a las crisis sanitaria provocada por el covid-19, pero de ilusión e impaciencia. «Una noche me desperté sobresaltada. Al día siguiente, dejé a mi hija con mis suegros para hacerme unos análisis, que salieron perfectos, y esperé la cita con mi ginecóloga, que era un día después. Me puso el ecógrafo y me dijo: 'Ya no hay latido, Irene'. Pensé que era una broma, pero ya no se veía nada en la pantalla. Todo era gris. Mi niña se había ido», relata a este periódico, en un esfuerzo disimulado por controlar las emociones que aún le remueven.

«A mi hija la parí un día después con todos los dolores, sin epidural, y la tuve en brazos. La toqué, la olí, la vestí y la abracé antes de despedirme de ella en el hospital», recuerda. Después llegaría la temida vuelta a casa y encontrarse con la ropa de cuna tendida que debió usar Ariana, si no se hubiera producido «un coágulo de sangre en el cordón umbilical», según aparece en su autopsia.

«Aceptarlo ha sido lo más difícil. Parece que ha sido un sueño muy doloroso. Estuve cuatro meses llorando cada noche y necesité ayuda psicológica especializada en este tipo de duelo y estaré eternamente agradecida», reconoce. Así llegó su tercer embarazo y el terror con mayúsculas a volver a pasar por lo mismo: «Fue terrible. Lloré en todas las consultas de ginecología, cada vez que me ponían el ecógrafo, y sufrí un ataque de ansiedad».

Su hijo Aarón nació sano y acaba de cumplir un año de vida. «Tengo tres hijos y siempre los tendré toda la vida. Mi hija mayor es mi sol, mi Ariana es mi estrella y mi Aarón es mi arcoíris», insiste. Irene hoy arropa a mujeres que han pasado por una situación similar a través del grupo de apoyo Alcora. «El dolor se ha transformado en amor a ella y está conmigo, dándome fuerza», sostiene.

Comentarios que no ayudan

No hay palabras de consuelo ante la pérdida de un hijo. De poco sirven algunos comentarios muy habituales del entorno social como «eres joven, no te preocupes, vendrán más». «La sociedad te apoya en estos casos, pero lo intenta minimizar», apunta Inmaculada Galdeano, madre de dos hijos. El primero, Adrián, falleció «un día antes de cumplir la semana 38». «Me fui al hospital, pensando que estaba de parto, y no le encontraron el pulso. Fue el 25 de agosto de 2021. Diez días antes, todo estaba perfecto», explica a IDEAL. La autopsia no reveló nada concluyente.

«Volver a salir a la calle se hizo muy difícil. Vivo en Adra, todos nos conocemos, y la gente te mira con pena. No lo soporté. La primera vez que fui al supermercado a hacer la compra me tuve que ir con un ataque de ansiedad», rememora. Posiblemente sobren palabras y falten «abrazos y compañía, aunque sea en silencio». «Falta empatía en estos casos. La pérdida de mi hijo Adrián la sentí como si hubiera perdido a un padre», compara Inmaculada.

En el ámbito sanitario, a su juicio, falta información. «Se necesitan enfermeras y matronas especializadas en este tipo de duelo. Yo me arrepiento de cosas que decidí en aquellos momentos, que estás en 'shock'. De mi hijo, solo recuerdo mi parto y su cara. Lo llegué a ver porque me insistieron mis familiares, pero no le eché fotos. Entonces, me pareció macabro hacerlo. Hoy me encantaría tener una foto de mi bebé».

A sus 27 años, esta abderitana reconoce que se sintió «desamparada» tras la pérdida de su primer hijo. Luego llegaría Mateo, «mi arcoíris». «La vida sigue y tienes que seguir. Yo me aferré a intentarlo de nuevo y estoy segura de que Mateo tiene algo de Adrián», confiesa.

Dos pérdidas

El desconsuelo que lleva consigo el duelo neonatal, gestacional o perinatal no depende de las semanas de gestación. Rocío Gutiérrez es madre de cinco hijos. Dos no llegaron al mundo con vida. «Perdí un bebe a las 12 semanas de gestación y otro en la semana 34. La sensación que se queda es igual de dolorosa, aunque los recuerdos no», argumenta a este periódico. «Con Kilian llegué a la semana 34. Un viernes fui al ginecólogo y todo iba bien, como desde el principio, y un domingo lo perdí», rememora. Un trombo que se desplazó hasta la placenta frenó en seco su corazón. «Me dijeron que no había latido y se me cayó el mundo encima. Nadie está preparado para esto», sentencia sin titubear.

Rocío tenía 32 años. «Lo más duro fue despedirme de él. Tengo ráfagas de sus pestañas, de sus manos, de ver a los míos llorando en la habitación. Conservo sus fotos, pero no he sido capaz de verlas», asiente. Tuvieron que pasar seis años para volver a tomar la decisión de ser madre. Hace solo tres meses, llegó al mundo Adara, su bebé 'arcoíris', y sus hijos mayores no han dejado de comprar algún regalo para Kilian en sus viajes. Es su particular forma de mantenerlo siempre vivo en su recuerdo. «Tiras para adelante porque eres joven, pero esto no se supera nunca. Se convive con ello todos los días. Volver a casa con los brazos vacíos es muy doloroso. Nos preparan para dar a luz a un bebé, pero no para enfrentarte a la posibilidad de perderlo».

«Mi bebé no es un legajo de aborto»

Una de las principales reivindicaciones de las familias que han tenido que enfrentarse a la pérdida de un hijo durante el embarazo, en el parto o poco después es dejar constancia de su paso por este mundo, por breve que haya sido, en el Registro Civil. Aunque la ley está cambiando, actualmente existen muchas trabas y variables.

«Mi niña era un bebé, no un legajo de aborto como consta, con sus dedos y sus brazos. Tengo que lograr registrarla con su nombre. Desde agosto, te permiten hacerlo a partir de los cinco o seis meses de gestación. Es la cuenta que tengo pendiente y me he prometido hacerme ese regalo», explica Irene González al respecto, tras perder a su bebé en la semana 35.

Un grupo de apoyo

El grupo de apoyo Alcora 'Almería Corazones' nace de la necesidad de ayudar a las familias que pasan por este duelo. Se creó en marzo de 2015 de la mano de Isabel Martos y Josefa Jiménez, ambas matronas del Hospital Universitario Torrecárdenas. Ante la ausencia de un protocolo de actuación definido en estos casos, dieron un paso al frente para arropar a quienes tenían que convivir con esta pérdida irreparable.

Al principio solamente eran cuatro madres y hoy son ya más de 60 en toda la provincia. «Actualmente se conforma de dos grupos: grupo de apoyo al duelo y el grupo de los 'bebés arcoíris', para aquellas madres y padres que tras su pérdida, han vuelto a conseguir un embarazo y necesitan todo el apoyo del mundo», informaron desde el consistorio abderitano, que no ha dudado en sumare a la iniciativa y prestarles el apoyo necesario.

Irene González, Inma Galdeano y Rocío Gutiérrez forman parte de Alcora. «Somos mujeres luchadoras que queremos ayudar a las que vendrán», reconoce Irene. «Quiero que cuando esto le pase a otras madres, porque esto pasa, no se sientan desamparadas. Hay que concienciar en los cursos preparto de que esto puede pasar, más allá de los tres primeros meses. Un bebé puede morir antes de nacer y, para arropar a quienes pasan por esto, está Alcora», añade al respecto Inmaculada. Rocío también se sumó a la causa, convencida de que aún queda mucho por hacer en un duelo eterno que «muchos pretenden silenciar».

El Árbol del Recuerdo

El Árbol del Recuerdo ha echado raíces en la calle Plomo de Adra. Fue plantado hace un año por el Ayuntamiento para recordar a los 'bebés estrella', aquellos «que se marcharon demasiado pronto», en palabras del alcalde, Manuel Cortés.

Con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal, miembros del equipo de gobierno y personas del grupo de ayuda Alcora estuvieron presentes en la instalación de una placa que perpetúa su recuerdo para siempre. «Reitero todo nuestro apoyo y les aseguro que, desde este equipo de gobierno, seguiremos haciendo cuanto podamos para concienciar y visibilizar una realidad como esta que, lamentablemente, tienen que vivir tantas familias», dijo en una convocatoria que tuvo lugar el pasado sábado.

Algunos miembros de Alcora también sacaron fuerzas para intervenir en el acto: «Con ayuda de 'mamis' como yo, he aprendido a transformar todo el dolor, en amor hacia ti, en hacer cosas por ti, en ser valiente, en ayudar en todo lo que puedo y más. Sintiéndote cerca y sabiendo que te sientes orgullosa de tu madre, a cada paso que doy te noto, me empujas a seguir sumando... Sé que jamás seré la misma de antes de tu partida, pero creo hija mía que has hecho de mí una mejor persona». Las familias reivindican información actualizada, protocolos de actuación definidos, atención sanitaria «respetuosa» y especializada, poder inscribir legalmente a todos los bebés y «compromiso social». La icónica Torre de los Perdigones lució también los lazos característicos de esta causa, que se conmemora cada 15 de octubre, durante el pasado fin de semana.

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