El mantecado de toda la vida se hornea en la Alpujarra

Han sabido conservar el sabor de antaño que los hace únicos y son imprescindibles en cualquier sobremesa familiar. Mantecados, polvorones y roscos de anís que se hornean con mimo en municipios como Fondón, Laujar del Andarax o Alcolea antes de la llegada de la Navidad. La campaña ya ha echado a andar y las previsiones apuntan que la producción de este año no se verá mermada por la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. A nadie le amarga un dulce y, si es de la Alpujarra, la venta está asegurada.

El sector trabaja ya a pleno rendimiento. En el obrador más antiguo de la provincia, El Mantecado de Laujar Miguel García López, ya huele a manteca, azúcar, limón y almendra. Está en el número 13 de la calle Granada de Laujar. Desde el 1 de octubre, ocho personas trabajan en la elaboración de una producción que oscila entre los 80.000 y los 100.000 kilos de mantecados. Este año lo hacen con mascarilla, cumpliendo con la distancia física correspondiente, pero con la misma paciencia y delicadeza que lleva consigo la elaboración de un producto artesanal. Fundado en 1951, en este obrador se tuesta la harina, se tamiza y se lía a mano cada unidad. Además de la materia prima, se cuida mucho la presentación del dulce, un factor que está introduciendo El Mantecado de Laujar Miguel García López en el mercado gourmet.

«Creemos que va a ser una buena campaña, incluso mejor que el año pasado», augura María Teresa García, gerente de la empresa. «A pesar de la incertidumbre y de que no habrá comidas de empresa, la gente ha vuelto a reunirse en casa, en familia, y eso es positivo para el sector», argumenta. Los encargos ya han comenzado a llegar y, a los puntos de venta que hay distribuidos por la provincia y por otras zonas de España, se suman las llamadas de particulares que llegan desde Barcelona, Bilbao o Madrid. No esperan a la Navidad.

También en Laujar, se encuentra la empresa Dulce Andarax. Con siete empleados en plantilla y una producción que rozarán los 90.000 kilos, la elaboración de mantecados comenzó el 28 de septiembre y los pedidos no se han hecho de rogar. «Ya tenemos llamadas de clientes que esperan nuestros productos», señalan. «De momento, la Covid no nos ha afectado sino todo lo contrario. El pequeño comercio, la tienda de barrio, ha ganado terreno y eso nos beneficia», aclara Germán Rodríguez, gerente de una empresa creada hace ahora 25 años y que se ubica en la carretera Laujar-Órgiva.

A escasos kilómetros de Laujar, en Fondón, se encuentra una de las empresas más conocidas de la comarca, Mantecados Camps. Su responsable, Mariano Campos, comenzó en el año 1952 con la elaboración de mantecados tradicionales. En el número 30 de la avenida Cristóbal Guerrero, se elaboran dulces navideños desde el mes de agosto. «Tenemos clientes que vienen de fuera a pasar aquí el verano y aprovechan para llevarse nuestros productos», aclara. En este caso, la producción superará los 120.000 kilos, pero el empresario no se muestra tan optimista: «La producción va a ser un poco menor porque la gente está desanimada. Ojalá me equivoque».

Una veintena de personas trabaja en estas instalaciones. Todas, excepto una, son mujeres y vecinas de Fondón, Laujar o Padules. Aquí las medidas sanitarias son aún más restrictivas. Además de la mascarilla y la distancia de seguridad, se toma la temperatura en la entrada y se desinfecta el calzado.

En cualquier caso, lo que sí comparten estas tres empresas almerienses es su apuesta por lo artesanal, por las recetas de toda la vida, por la calidad de sus productos y por empujar juntos un sector que genera puestos de trabajo en 'la Estepa' de Almería.