Borrar
María Sande: «Cualquiera no vale para trabajar en la pesca, no se hace por dinero, es una forma de vida»
ENTREVISTA

María Sande: «Cualquiera no vale para trabajar en la pesca, no se hace por dinero, es una forma de vida»

La historiadora profundiza en el sector desde todas sus vertientes y destapa el lado más humano de quienes salen cada día a faenar y de sus familias

MARÍA TORRES

ADRA

Sábado, 8 de octubre 2022, 23:21

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La pesca artesanal adquiere el protagonismo que se merece en la última obra de la escritora e historiadora María Sande. 'La pesca en el Poniente: historias de vida' es el título de un trabajo que destapa las fortalezas y debilidades de un oficio especialmente sacrificado, pero también el lado más humano de quienes se la juegan cada día en la mar.

–¿Por qué un libro sobre pesca?

–Conocí a mucha gente ligada al sector durante la elaboración de mi anterior libro  (en alusión a 'Tres siglos de alcaldes de Adra, concejales y familias abderitanas') y comprobé que no había nada publicado al respecto en Adra, Roquetas de Mar, Balanegra y Balerma. Es el primer libro que se edita con este contenido, centrado en los oficios pesqueros y las vivencias de quienes los trabajan.

–¿Qué asuntos aborda de forma particular?

–Se trata el origen de la pesca, la gastronomía pesquera en el Poniente de Almería y las historias de vida que hay alrededor. Esta es la parte que más gustó y se podría desarrollar en un segundo libro porque se quedó pequeño. También hay un apartado dedicado al vocabulario y a la terminología, otro a la tecnología aplicada a lograr una pesca más eficiente y sostenible y, por último, un capítulo centrado en la visión que tienen los niños y los jóvenes de la pesca, con textos propios y dibujos.

–Ilustra con fotografías, antiguas y recientes, lo que quiere transmitir. ¿De dónde las ha conseguido?

–La mayoría de las fotografías pertenecen a los propios protagonistas y, el resto, son mías. Hay imágenes de un antiguo camión de reparto de pescado, de la lonja de Adra y de Balerma, del trabajo en las fábricas de salazón y pescado, de las familias que se dedican a este oficio, de sus barcos, etcétera.

–Después del trabajo de investigación realizado para escribir esta obra, ¿ha cambiado su visión de la pesca?

–Antes solo sabía que la pesca era un trabajo duro y sacrificado. Después descubrí, además, que se trata de un sector muy unido, con disponibilidad total para todo, que depende mucho del tiempo y de sus inclemencias y que se tiene que buscar la fórmula para compensar esos días. Sigo pensando que es un oficio sacrificado y peligroso. Cualquiera no vale para esto. Sin embargo, quien se dedica a esto lo hace porque disfruta, no por dinero. Es una forma de vida.

–¿Qué 'historias de vida' ha descubierto por el camino?

–Por citar alguna, la de las cinco hermanas Sáez. Son de Adra y han estado toda la vida vinculadas a la pesca. Sus maridos también. Han trabajado de día y de noche. Son vidas duras, de mucho trabajo. Algunas empezaron a trabajar con 8 y 12 años. Hay historias de vida como la de Encarna Espinosa, una de las primera mujeres técnico de pescado y encargada actual de la lonja. Cuando empezó no tenía ni idea y lo aprendió todo hasta convertirse en una excelente profesional. Todos en la lonja recurren a ella. En el libro aparece también la historia de Chali, que tiene una pescadería en Balerma y procede de una familia de pescadores. Llevan más de 100 años con la pescadería gracias al relevo generacional. Cuenta cómo ha evolucionado el reparto del pescado: primero andando con una cesta en la cabeza, luego en bici y después en otro tipo de vehículo.

–¿Cuál es el papel de la mujer en el sector?

–La mujer cada vez está más introducida en los oficios pesqueros. Actualmente hay una mujer al frente de la lonja de Adra, pero también hay pescadoras, rederas y tradicionalmente han trabajado en las fábricas de conservar y envasado. Se necesitan más mujeres porque hace falta mano de obra.

–En un sector preocupado por el relevo generacional. ¿Qué visión tienen los niños y los jóvenes de la pesca artesanal?

–Los que tienen relación con el sector ven la pesca como algo natural, divertido, sin miedo. El resto, como algo peligroso. Hay que madrugar mucho y te puedes hacer daño, así lo ven.

–Habla usted también de la gastronomía ligada a la mar. ¿Cómo lo enfoca?

–Mi intención ha sido promocionar los productos pesqueros, los que van directamente de la lonja al restaurante. En el libro, que es gratuito, se incluye un listado de restaurantes de la zona, con testimonios de sus gerentes y los platos más típicos que se elaboran.

–Desde su punto de vista, ¿qué necesita la pesca para ser un sector realmente sostenible?

–Necesita más ayudas económicas por parte de las administraciones. Sin eso, no pueden avanzar. Los márgenes no son muy altos. También se necesita formación para diversificar el sector y atraer a mujeres y jóvenes para garantizar el futuro de los oficios pesqueros. El relevo generacional es imprescindible, pero está complicado.

–Si este libro tuviera moraleja, ¿cuál sería?

–Que la gente más humilde es la que más dispuesta está a colaborar en todo. Es un sector tremendamente humilde, muy unido y servicial.

–¿Está ya centrada en su próxima obra?

–Sí. Estará terminada para principios de año y está dedica a los esparteros de la provincia. Es un oficio que se está perdiendo y no quiero que se olvide cómo se hace. Quedan pocas personas que sepan hacerlo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios