Mascarillas sin remitente que llegan al corazón

En la misiva enviada a los policías abderitanos y con una madurez asombrosa, la niña explica que es testigo a diario de las donaciones que llegan a centros de salud y hospitales. «Parece que nadie se acuerda de que vosotros veláis por nuestras vidas y nuestra seguridad. También sois personas que necesitáis protección ya que corréis mucho riesgo», argumenta en su carta, difundida por la sección sindical del cuerpo a través sus redes sociales. «En la situación en la que estamos es más importante vuestra seguridad que un teléfono. Si vosotros estáis seguros y bien, es más fácil que los demás también lo estemos», añade.

Insistente y hasta tozuda en su interés por proteger su identidad, no aporta más datos. «Las cosas se hacen porque así se sienten, no por protagonismo. Vosotros de estos sabéis mucho», apunta para despedirse en su escrito, con cierta ironía y sin dejar más rastro sobre su identidad.

Agradecidos

El gesto de esta niña abderitana ha conmovido a los agentes y, aunque han respetado su anonimato, no han podido evitar agradecer públicamente la donación. «Dicen que estamos comandados por el Ángel Custodio, ese al que acudimos en los momentos más desoladores y al que pedimos cuando no vemos la salida. Pero aquí, entre nosotros, existen muchos ángeles», han asegurado. «Sólo nos queda ofrecerte nuestra eterna gratitud, porque jamás unas pocas palabras podrían explicar el sentimiento de cada una de las personas que humildemente realizan la profesión de policía y lo que han sentido con tu presente», han manifestado.

Alrededor de 40 policías trabajan diariamente en Adra para velar por la seguridad de una población que supera los 25.000 habitantes. Una profesión compleja y arriesgada. Un ejemplo de profesionalidad y verdadera vocación de servicio público.