Laura Montalvo
Viernes, 6 de mayo 2016, 12:20
Uno de los más emotivos es el de Pedro Navarro Salmerón, quien fuera gerente de la fábrica desde los años 40 hasta que cerró. jubilarse nunca se ha jubilado, y no ha dejado de ir por la fábrica. Ahora, que está bastantye mayor, sabe que se está derrumbando...pero aún no ha ido a verlo.
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La familia le está preparando pero saben que será un duro golpe porque «le he dedicado mi vida a esta fábrica». Tiene recuerdos como que la carne de membrillo para las primeras conservas se las traían de Puente Genil o que compraban pescado en todos los puertos desde Algeciras hasta Murcia y vivían de este trabajo unas 400 familias de Adra.
«Había una sirena que sonaba cuando había trabajo, teníamos todo tipo de maquinaria, carpintería, talleres, hornos, de todo, y nuestro secreto era el tiempo que dedicábamos a la cocción, Y siempre todo fresco», recuerda.
También su hijo Joaquín recuerda que le encantaba estar en la fábrica, y que vivían en el entorno con toda la familia. En estos días han estado rescatando algunas latas que quedaban, y algo de maquinaria. Alguna se va a conservar, pero otras se perderán.
Testimonios
Y como ellos, muchos en Adra recuerdan hoy su trabajo en la fábrica, sobre todo las mujeres, empacadoras, estañadoras, etc. Como Trinidad Salmerón, que con 15 años trabajaba el melocotón y membrillo y en la fábrica comenzó a conocer al que hoy es su marido, Antonio.
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Encarna Campoy y Silvia González, también estuvieron de jovencitas: «el olor te traspasaba, no se quitaba con nada y nos daba vergüenza el camino al volver a casa, pero nos lo pasábamos bien, cantando». Ana Valecillos recuerda lo serio que era «Manolo el encargado» y Estefanía Alberto a su encargada «Pepa, en la máquina de las latas».
Dolores Sierra recuerda la sirena, «se escuchaba en todo Adra, y el día de cobro, las mujeres por la carrera tan contentas. Yo recuerdo que me iba a una perfumería a comprar colonia, que el olor no se quitaba con nada, pero qué buenos momentos».
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El que fuera cura de Adra Luis García también recuerda que llevaba a los encuentros rurales cristianos la melva de Adra «y tenía mucho éxito porque era deliciosa».
Aqui podéis leer la noticia sobre la demolición del edificio:
http://adra.ideal.es/reportajes/743-la-fabrica-de-conservas-de-adra-desaparece-para-dejar-paso-al-desarrollo-urbanistico.html
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