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El Festival de la Alpujarra celebrado ayer en Albondón reunió a miles de personas para disfrutar de su rico patrimonio cultural y musical

Sol, guitarras, trovo, baile, jamón y vino, amigos, artesanía, laúdes y bandurrias, romances y coplillas, faldas de colores, reencuentros, sombreros y alpargatas, soplillos y turrones, serones de pleita, toneles, palillos con cintas.. Todo esto y mucho más, aderezado en su justa medida, conformó el excelente y deleitoso menú cultural que se ofreció ayer en la localidad granadina de Albondón con motivo de la celebración del 32º Festival de música tradicional de la Alpujarra.

Rafael Gan

Viernes, 6 de mayo 2016, 11:09

Un evento cultural de primer orden, cita obligada del verano, del que disfrutaron unas 10.000 personas que abarrotaban la acogedora y recoleta carpa instalada en la plaza de la Iglesia. Un espacio festivo, fruto de todo un año de intenso trabajo, que se vio recompensado con el lleno absoluto a partir de las 11 de la mañana y hasta el ocaso.

Pues no en vano, el Festival de la Alpujarra, iniciado en Yegen en 1982, es el escaparate anual del rico folclor de una amplia comarca bi provincial, Granada y Almería, con unos valores paisajísticos, históricos, culturales y humanos que la hacen merecedora de ser considerada como Patrimonio de la Humanidad.

Un rico abanico musical Pues bien, ayer se demostró una vez más al desplegarse ante todos, con generosidad, el rico abanico de manifestaciones musicales que perduran desde siglos y que, con esfuerzo pero mucha ilusión, mantienen los alpujarreños y alpujarreñas: el trovo, esa poesía improvisada y mordaz, las coplas y los romances tradicionales, las canciones de rueda o de meceor antaño escuchadas, las picaíllas, el cante mulero de las lomas de La Contraviesa.

Por todo ello, por la hermosura de la música y también por el deseo de compartir una jornada festiva con familiares y amigos, cientos de alpujarreños acudieron a Albondón con los primeros acordes del violín de Vicente. Y junto a ellos, numerosas autoridades de las distintas Administraciones que han apoyado una vez más un festival, organizado por el propio Ayuntamiento y la Asociación cultural Abuxarra, pues no faltaron numerosos alcaldes de muchos municipios granadinos o almerienses, diputados provinciales de Granada y Almería, delegados de la Junta de Andalucía o diputados nacionales que contribuyen entre todos a financiar los 120.000 euros de este gran evento cultural.

Durante todo el día, un total de 29 grupos de 21 localidades alpujarreñas distintas, tanto de Granada como de Almería, hicieron gala de su buen hacer musical para deleite del público y en busca, cómo no, de alguno de los premios que otorga un jurado de especialistas que valora, entre otras cosas, la calidad artística, el vestuario y la labor de rescate de canciones.

«Yo de esas cosas no entiendo, perdona mis intenciones. A los corruptos defiendo porque al que roba millones. jamás le verás pidiendo», rimaba en los clásicos octosílabos improvisados Sevilla.

Y a renglón seguido, José Soto, Sotillo, le rechistaba «se verán en el infierno, Sevilla me has disgustado. Como de la vida entiendo, yo no defiendo al corrupto pero tampoco al Gobierno», 'pelearon' por ejemplo estos dos grandes troveros sobre la corrupción, uno defendiendo y otro en contra.

La jornada del festival -o más bien las jornadas pues también hubo actividades en la noche del sábado- transcurrió con mucha música y alegría. Tocar de bandurrias y rasgado de violines, vueltas y cruces de expertos bailarines, trovo ingenioso.

Aunque no faltaron tampoco actos de homenaje a personas vinculadas con el Festival, en este caso a Antonio Bonilla, alcalde de Vícar, y a toda su corporación por el apoyo incondicional durante años. O la presentación del libro 'El vino de la Sierra de la Contraviesa' de Francisco Antequera o la 'première' del documental sobre el trovo realizado por Nuria Vargas.

Y, cómo no, el esperado momento del sorteo de la sede del festival de 2015 al que optaban por primera vez la localidad de Lobras y de nuevo Ugíjar, que ya lo celebrara en 1984, y Albuñol en 1986. Al final esta última localidad granadina se llevó el gato al agua para satisfacción de sus autoridades y de los numerosos vecinos que habían acudido a tal acontecimiento.

Oriundos y visitantes Y así, mientras los distintos grupos pasaban por el escenario, Albondón se fue llenado de gente, de oriundos y visitantes, con una calle principal cual hervidero.

Ir y venir a las exposiciones de carteles del festival o de trajes de moros y cristianos; visitas a las bodegas abiertas al público para dar a conocer la larga tradición vitivinícola del pueblo; paseo por la veintena de puestos de gastronomía, libros o artesanía de toda la comarca; actividades para niños y niñas en el centro lúdico, bares repletos.

Al final de la tarde, cuando el sol se ponía en el ancho mar Mediterráneo a la vista desde la atalaya que es Albondón, los últimos compases del grupo almeriense Zaharagüí de Alcolea quedaron flotando en el aire a modo de invitación para la próxima edición del Festival de la Alpujarra.

Será el domingo 10 de agosto de 2014, una fecha a marcar a partir de ahora en el calendario para descubrir de nuevo el rico y ancestral patrimonio cultural de esta hermosa y viva comarca que es la Alpujarra.

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