Homenaje a la superación y la simpatía
El pabellón de deportes de Fondón acoge desde hace unos días una placa en recuerdo de un vecino muy querido en este pequeño municipio de la Alpujarra almeriense. Se trata de Miguel Ángel Martínez Fernández. Este joven falleció hace casi dos años, cuando tenía 22 y tras toda una vida de lucha y superación. Nació con espina bífida, su columna vertebral no se cerró completamente cuando aún era un feto en el seno de su madre y nació con parálisis en sus piernas, lo que le llevó a necesitar una silla de ruedas. Pero eso nunca le amedrentó, no se quedó en casa. «Nunca tuvo complejo de nada y nosotros siempre le mostramos apoyo, los niños no le han marginado nunca, al revés, le querían mucho. Cuando murió vino mucha gente de los pueblos de alrededor».
Laura Montalvo
Viernes, 6 de mayo 2016, 11:33
Este joven «no andó nunca, siempre estuvo en la silla de ruedas. Primero teníamos que ayudarle con un carro que le íbamos empujando y luego ya conseguimos una silla eléctrica y ya él iba a todos los sitios».
Cuando tenía 14 años vivió otro momento delicado «pero salió adelante, siempre con una sonrisa». Se le desvió la columna «y tuvimos que ir a Granada, donde le operaron, y ya era un ir y venir, teníamos que ir unos meses, volvíamos, pero nunca perdió la ilusión, al revés, él me animaba a mí», recuerda su madre.
Su familia destaca que «siempre estaba en la plaza, en la calle, era un poquito callejero, y echaba sus conversaciones con todos». Su madre, Ana, trabaja como limpiadora en una entidad bancaria en la misma plaza «y se venía conmigo y se quedaba con la gente. Yo le levantaba por la mañana y ya salíamos de casa. Luego cuando volvíamos se ponía con su ordenador, que siempre le gustó mucho. Así era su vida».
Era muy alegre y le gustaba estar en todas partes. «Si había una fiesta el primero que estaba era él, como la de san Sebastián, con el chisco, ya desde por la mañana estaba pendiente de cuando ponían la leña. Siempre ha estado muy integrado con la gente», dice su madre.
Miguel Ángel fue como un adolescente más al Instituto, estudió en el de Laujar de Andarax, «pero ya cuando empezó con las operaciones de columna y se fue retrasando sus amigos fueron pasando de curso y ya luego no quiso seguir, también es que le gustaba poco estudiar».
En el homenaje que se le realizó el pasado 21 de septiembre en su pueblo, su madre, Ana, se emocionó mucho, «fue muy bonito, el alcalde dijo unas palabras muy bonitas. Agradecemos en mi nombre y en el de mi familia este detalle que han tenido. La gente le quería mucho. Era un chico que estaba acostumbrado a estar con niños más chicos, con mayores, con todos se llevaba bien».
¿Para quién mejor que él? En diciembre hará dos años que Miguel Ángel falleció, a causa de una parada multiorgánica, fruto de su enfermedad. «Tuvimos que ir un jueves al hospital de Poniente porque se puso malo y el sábado a las cinco de la tarde murió, pero no sufrió», argumenta la familia.
«Hacía tiempo que en el Ayuntamiento nos habían comentado la posibilidad de hacerle este homenaje, pero hemos querido que pasara un poco el tiempo, no tan reciente. Y además ese día pudo estar con nosotros parte de la familia que vive en Cádiz. Al principio cuando me plantearon este acto dije que no, pero luego lo pensé y dije que sí, ¿para quién mejor que para él?», explica su madre a IDEAL.
Ana, su madre, se emociona hoy al recordar a su hijo, con quien «pasaba muchas horas de conversación, es lo que más echo de menos. No era nada reservado. Era un niño muy bueno, nada caprichoso, muy generoso, qué voy a decir yo, pero es que siempre miraba más por los demás que por él mismo. Con lo que él tenía estaba pendiente de todos y siempre estaba ahí». Miguel Ángel no hacía deporte, pero le gustaba mucho ir a ver los partidos, «y era muy futbolero, era culé, su pasión era el Barsa». Por eso desde el Ayuntamiento «vimos muy bien hacerle ese homenaje a este chico tan querido en el pabellón», explica el alcalde fondonero, Francisco Álvarez. El homenaje además se acordó en pleno, a principios de septiembre, por toda la Corporación municipal.
El alcalde recordó en el acto el pasado sábado «su superación, cómo este joven había ido superando todos los retos que la vida le había ido poniendo, y siempre muy simpático y abierto con la gente».
Sus padres y su hermana Rocío no pudieron evitar emocionarse al ver cómo todo el pueblo de Fondón mostraba su cariño. Esa placa recordará ya para siempre «a su apreciado vecino Miguel Ángel Martínez Fernández», como ha quedado escrito. Y como a este vecino de Fondón le gustaba tanto el fútbol, no pudo faltar fútbol en su homenaje, y jóvenes de la comarca disputaron un partido en ese mismo pabellón, donde lo importante no fue el resultado ni la rivalidad, sino el recuerdo de una persona querida.
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