«Desapareció el pueblo, pero su gente seguimos aquí»

?¿Cuánto tiempo hace que desapareció el pueblo?

?El 6 de noviembre se cumplió el 31º aniversario. Meses antes ya se había ido marchando la gente, y en ese mes ya estaba hecho el pantano, pero algunos se resistían a dejar sus casas. Lo que pasa es que esa noche hubo una tormenta muy fuerte, cerraron las compuertas del pantano, y ya la inundación era inminente, hubo que dejar Benínar, y fue una pena, porque aquello era un vergel, cultivábamos de todos y se surtía a pueblos de alrededor

?¿Cómo recuerda aquellos días? ?Pues por un lado sabíamos desde hacía tiempo que eso tenía que pasar, tarde o temprano, date cuenta que ya desde los años 50 se hablaba de hacer el pantano, aunque con la riada de 1973 se agilizó todo. Intentamos que se nos trasladase a otro pueblo, pero el único ofrecimiento fue el de ir a poblar san Agustín, en El Ejido. Los últimos días fueron muy intensos, dejar tu tierra, donde has vivido, comido, dormido y disfrutado para irte a otro lado, y obligado, es muy duro y es muy triste. Desapareció Benínar pero no los benineros, su gente seguimos aquí.

?¿Es cierto eso de que con las aguas bajas del pantano se puede ver la iglesia de Benínar? ?No, eso es una leyenda. La iglesia se derribó. Sacamos los santos, allí celebrábamos san Roque y la virgen del Carmen y ahora las imágenes están en la iglesia de Hirmes. Se derribaron muchas casas, y parte del puente de los tres ojos que teníamos, otra parte sí quedó sumergido, como el cementerio.

?Y para que no se pierda ese recuerdo surgió la asociación Plaza de Benínar, de la que usted es presidente. ?Sí, soy presidente desde noviembre del año pasada, tras unas elecciones, para sustituir a Charo, que sigue ahora como vicepresidenta. La gente se fue a distintos lugares, y tenemos esto como nexo de unión.

?¿Qué actividades realizan en la asociación? ?Sobre todo recopilar información sobre Benínar, que vamos publicando en el blog de la asociación (http://beninar.blogspot.com.es/). Cada verano además celebramos las fiestas de san Roque, en la zona del camping, y hacemos una convivencia en Cataluña, lugar donde emigraron muchos vecinos. Los benineros seguimos estando en contacto y no perdemos nuestra identidad.