Miguel Galdeano, de la Policía Local de Adra, se jubila tras 34 años en el cuerpo

Su jefa se emocionó al dirigirle unas palabras en nombre de la Policía bajo la atenta mirada de compañeros agentes que sacaron su traje de gala para la ocasión.

«Miguel, que entró a formar parte de esta Policía hace 34 años ha visto pasar a todas las corporaciones en democracia y ha vivido todos los avatares de los cambios en la función de la Policía Municipal, luego Local , pero siempre al servicio de los ciudadanos de Adra. Aunque ya venía de trabajar en otro cuerpo policial, en un momento y lugar en los cuales las complicaciones eran muchas y donde seguro también aprendió no sólo de lo que es este trabajo sino también de la convivencia con compañeros».

Y es que como el propio Galdeano relató a IDEAL «yo soy de Adra pero entré en la Policía Nacional y me destinaron a Barcelona. Luego cuando salieron las dos primeras plazas de agente en Adra, con la Democracia, que estaba de alcalde Pedro Sarmiento, me lo comunicaron y pedí destino y ya me quedé en Adra. En total unos 40 o 41 años he trabajado».

Y ha sido todo un referente, según recuerda la inspectora, ya que « comentan los compañeros que cuando tocaba patrulla con él, sabían que tenían las espaldas cubiertas, en el sentido de que mediaba y trataba de evitar confrontación, pero también cuando surgían complicaciones sabían que no iban a tener problemas» y destaca el buen hacer de Miguel, «porque muchas veces la labor policial de mayor trascendencia no es aquella que sale en los medios de comunicación (que desde luego es importante) sino aquella callada, de mediación, de servicio y de prevención que precisamente hace que no tengamos que ir a mayores.

Y eso un policía local, un policía en Sala, en Grupos, en Segunda Actividad (tanto de Seguridad en Ayuntamiento como en barriadas), como él ha sido, lo sabe perfectamente. Esa es la grandeza de un policía, todas esas pequeñas cosas que hacen que cuando llega la finalización del servicio piense que ha hecho todo lo que tenía en su mano para ser útil a la comunidad a la que sirve y que, demás, puede dormir con la conciencia tranquila». Juárez tuvo asimismo unas palabras para las familias de los agentes «que muchas veces tiene que ver cómo en los días más señalados no cuenta con la presencia de sus padres, de su hijos, de su parejas. Días en los que cuando otros disfrutan y tienen fiesta, es justamente cuando más trabajo hay que realizar. Incluso a veces tienen que escuchar cómo no se entiende nuestro trabajo, cuando para evitar un perjuicio a un vecino hay que denunciar o requerir a otro a hacer algo que no le agrada. Esa familia que asume desde un principio que esta es una profesión que requiere más dedicación que otras y que no tiene horarios. En su familia, además, lo saben bien, ya que en la casa, el padre, uno de los hijos y hasta un yerno trabajan en la misma plantilla. En algo habrá influido en que uno de sus hijos se dedique a lo mismo». El alcalde abderitano y la edil de Seguridad también agradecieron el trabajo prestado por este agente ahora jubilado, e incluso Hernando le cedió su sitio presidencial en el salón de plenos que un tímido Miguel Galdeano rehusaba aceptar pero que asumió con timidez y emoción. Además de un sonoro aplauso recibió una placa como recuerdo de ese día, y junto con todos los compañeros que le acompañaron y parte del Ejecutivo se hizo foto una la puerta del Ayuntamiento como recuerdo. Además celebraron juntos un almuerzo no ya de despedida, sino para dar la bienvenida a unas merecidas vacaciones, y para seguir dedicándose a su otra pasión: el flamenco.