Padules perpetúa la paz entre cristianos y moriscos

Como ya lo hicieran sus antepasados alpujarreños hace más de 400 años, los vecinos de Padules han vuelto a sellar la paz entre cristianos y moriscos. Esta localidad de apenas 500 habitantes se vistió de gala el pasado sábado para evocar un acontecimiento que cambiaría el rumbo de la historia. Más de un millar de personas fue testigo de esta recreación que ha sabido consolidarse como un atractivo turístico más en la comarca de la Alpujarra almeriense. Ataviados con trajes de época, las tropas cristianas recorrieron las calles de la localidad dirigidos por don Juan de Austria. Tras ser recibidas por el alcalde del municipio, Antonio Gutiérrez, se desplazaron junto con el resto de la comitiva hasta el Tajo de los Baños, un paraje convertido en un auténtico mercado artesanal con talleres donde se trabajó cuero, forja y diferentes armas. Pan, postres y otros platos típicos representaron la cocina de finales del siglo XVI.

María Torres

Viernes, 6 de mayo 2016, 12:15

El momento más esperado tuvo lugar al caer la tarde. El sonido de los tambores y las campanas del pueblo anunciaron que, un año más, moriscos y cristianos habían firmado la paz para poner fin a una atroz guerra. La plaza de la iglesia sirvió de escenario para representar el pacto entre don Juan de Austria y AlHabaquí, capitán de las tropas moriscas, quien hizo entrega de su bandera y de sus armas. Al igual que aquel mes de mayo de 1570, los soldados de Felipe II regresaron a la plaza de Padules que hoy preside una cruz, al que fuera su campamento durante los 19 días previos a este acuerdo.

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Gracias a la generosa implicación de sus vecinos, Padules puede presumir de esta cuidada puesta en escena que terminó con la suelta de cinco palomas como símbolo perpetuo de la paz entre cristianos y moriscos.

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