Alcolea, ‘capital’ de la Alpujarra

 

María Torres

Viernes, 6 de mayo 2016, 10:30

El inexorable paso del tiempo no ha conseguido vencer el espíritu de una comarca que, aunque administrativamente se encuentra dividida entre las provincias de Granada y Almería, se siente más unida que nunca. La Alpujarra es una y única, un sentimiento que se refleja desde hace 33 años en el Festival de Música Tradicional que tuvo lugar el pasado domingo en la localidad de Alcolea. Una cita cultural que ha logrado batir un «récord de participación» en su trigésimo tercera edición con 33 grupos inscritos, cifra que no se alcanzaba desde 1988 cuando Cádiar se convirtió por un día en 'capital' de la comarca de la Alpujarra granadina y almeriense.

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Con apenas 850 habitantes, Alcolea ejerció de digna anfitriona entre los más de 10.000 visitantes que se llegaron a registrar. Además de la comisión organizadora que ha compuesto un centenar de personas, 80 alcoleanos se volcaron de forma desinteresada en la organización de este acontecimiento que se recordará como «el más importante que ha vivido Alcolea en más de 400 años de historia». Así lo reconoció a IDEAL su alcalde, Cristóbal Baños, orgulloso por haber sido partícipe y testigo de este «evento histórico».

Puntual a su cita, la bandera que representa el festival partió a las diez de la mañana de la plaza del Ayuntamiento de Alcolea para tomar rumbo al escenario donde se desarrollaron las distintas actuaciones. Alrededor de 600 personas, llegadas desde todos los rincones de las provincias de Granada y Almería, rindieron un tributo a la música tradicional alpujarreña en todas sus versiones. Trovo, cante cortijero y bailes ancestrales se sucedieron a lo largo de un caluroso día de agosto en Alcolea. Ataviados con sus mejores galas, evocando a aquellos trajes de labranza que se usaban para realizar las tareas diarias, rescataron antiguos cantes que han aprendido de sus familiares más longevos. «Este festival se basa en las investigaciones y grabaciones realizadas con personas de 80 años con las que hemos ido transcribiendo musicalmente la cultura tradicional que se remonta a 250 años atrás», explica Adolfo García, presidente de la asociación cultural Abuxarra, el 'motor' de una cita anual que presume de congregar a distintas generaciones bajo un objetivo común: mantener vivo el folclore que distingue a la Alpujarra. El grupo La Garita de Dalías es solo un ejemplo de que la tradición está pasando de padres a hijos. «Nosotros éramos unos niños cuando empezamos a actuar en este festival y ahora, cumplidos ya los 40, nos acompañan nuestros hijos que también cantan con nosotros», corrobora uno de sus miembros.

Alcolea sonó a bandurria, guitarra, laúd, violín y castañuelas. Un lenguaje universal que nace de personas humildes, cercanas, participativas y comprometidas con sus costumbres más preciadas. Este carácter hace diferente a una comarca, «aislada geográficamente» desde sus orígenes, que también destaca por la particular arquitectura de sus casas, construidas en forma de cubo, o por las tradicionales acequias donde desemboca el agua de las nieves de Sierra Nevada. Elementos que permanecen casi intactos desde tiempos inmemoriales y que sus gentes han sabido 'mimar' como un tesoro más.

Nuevos retos

Pero el Festival de la Alpujarra no es sólo música. Es, además, una oportunidad única para ofrecer al visitante lo mejor de los productos artesanales de esta tierra. Mientras unos disfrutaban de cada actuación en la carpa principal, otros se dejaban 'seducir' por los quesos, embutidos, dulces o aceites que se elaboran. Empresas relacionadas con el esparto, la lana, el barro y el turismo también buscaron un lugar en este excepcional escaparate. Según el responsable de la Asociación de Empresarios de la Alpujarra de Almería, en este festival «se recibe más de lo que se da». «Para el empresario es una campaña de 'marketing' que siempre es bien recibida porque necesitamos que se nos empuje desde todas las esferas para poder avanzar», afirma Bernardo Ocaña.

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Por otra parte, como ya es habitual, los alpujarreños aprovecharon la ocasión que les brinda este festival para agradecer a una persona o institución su implicación en la promoción de la cultura de la comarca. Una distinción que en esta trigésimo tercera edición ha recaído en el Centro Unesco de Andalucía representado por su presidente, Ángel Bañuelos. «Desde su creación en 1992, ha sabido valorar y difundir los valores culturales e inmateriales de esta comarca y, desde hace un año, trabaja para que sea reconocida Patrimonio de la Humanidad», justifica el presidente de Abuxarra. Un largo proceso que, «si todo marcha bien», no se materializará hasta el año 2018, según las estimaciones del responsable de Centro Unesco en Andalucía.

Ante los representantes políticos de la Junta de Andalucía, las diputaciones de Granada y Almería y municipios más cercanos, Bañuelos recibió el reconocimiento de los vecinos de la Alpujarra. Asimismo, anunció que la comarca abanderará una propuesta de carácter internacional para que la poesía oral improvisada sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La iniciativa también englobaría la décima cubana o los versolaris del País Vasco y otras manifestaciones culturales, por citar algunos ejemplos.

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Pese al esfuerzo y a la dedicación que han demostrado a lo largo de todo un año, los alcoleanos se despidieron con cierta nostalgia del Festival Música Tradicional de la Alpujarra. La bandera partirá el próximo año a la localidad granadina de Albuñol, sede de la trigésimo cuarta edición de esta inexcusable convocatoria. Tras el sorteo celebrado el pasado domingo, la organización nombró formalmente a Ugíjar capital de la música alpujarreña para el año 2016 mientras que Laujar y Turón, que también optaban a esta elección, tendrán que esperar. En cualquier caso, su permanencia en el tiempo parece estar garantizada.

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