"Carta de un humilde hermano mayor"
Fran Martín, hermano mayor cofradía Humildad y Esperanza
Ideal.es
Viernes, 6 de mayo 2016, 10:42
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Quiero agradecer a todas las personas que han hecho posible este sueño que, tras 12 largos años, el día 8 de noviembre se hizo realidad. Han sido muchos los comercios, empresas, vecinos, amigos y familiares, los que han trabajado, ayudado y, sobre todo, aguantado todos los buenos y malos momentos que hemos vivido juntos para tener al Hijo de Adra junto a ellos para toda la eternidad.
Especialmente quiero acordarme de esas personas que ayudaron a cumplir este sueño como Pepa Ibáñez, Isabel -que todos conocíamos por ?mamina?-, Ana María Maldonado, Aarón Fernández López o Adela Casas, y que estoy seguro de que allá, desde el cielo, están protegiéndonos, y viendo cómo ese sueño se ha hecho realidad. Gracias.
Me gustaría que me acompañárais unos pocos años atrás, exactamente al año 2002. Unos niños amigos y apasionados de la Semana Santa consiguen convencer al padre de uno de los chicos para que los ayude. Reticente al principio, al cabo de unos días sucumbió al deseo de estos chavales. Con su ayuda, una mesa de madera y un radiocasete hicieron su primera salida, rodeados de familiares. Pasaron los años y cada vez se unían más jóvenes, unos costaleros, otros con enseres y otros en las filas comenzaban a «jugar a la Semana Santa». En 2006 familiares y gente adulta forman una junta gestora para poder llevar a cabo nuestro fin, gracias al respaldo de un pueblo lleno de Fe como es Adra. Pero también hubo alguien que, más allá de su cargo político en ese momento y a pesar de las controversias que pudiera generar su apoyo a esos niños que simplemente luchaban por seguir una Fe, ella dio un paso al frente y nos ayudó en todo lo que pudo. Querida María del Carmen Crespo, gracias.
Así con el paso de los años llegamos a 2010. ¡Somos Pre-Hermandad! Quedábamos reconocidos por parte de la Iglesia esas nueve personas de la junta gestora que más tarde nos convertiríamos en la actual directiva. Empezamos a formarnos en la vida cristiana y, a lo largo de todos estos años, vamos haciendo partícipe a nuestro pueblo en nuestra pasión y sentimiento por este Cristo, un pueblo que nunca nos dejó solos, que tantos años después seguía confiando, seguía colaborando y sobre todo seguía teniendo fe en lo que representábamos. Así llegamos a 2014, qué pronto han pasado 12 años?Hace dos minutos estábamos en 2002. .. Ahora echo la vista atrás y se me viene a la mente las reuniones, actividades, discusiones, cartas, papeleos, trabajo en la sombra, cartas, papeleos, buenos momentos, risas, alegrías, cartas, papeleos, tristeza desesperación, ¿He dicho ya cartas y papeleos? ¿Sí, verdad?? ¡Esperanza! Mucha esperanza es lo que han demostrado estas ocho personas que tengo a mi espalda junto a sus familiares, su pasión, devoción y FE por un Dios, por un Padre, por un Hijo? les daba las fuerzas necesarias para sobreponerse a las piedras del camino y salir a la calle y, como dignos apóstoles, predicar esa Fe al resto del pueblo de Adra, el cual desde un primer momento creísteis a estos humildes mensajeros y arropasteis sin ver nada, creyendo su palabra.
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Querido pueblo, esa es la verdadera Fe. Habéis visto a estos «locos» -porque algunos nos llamaban locos- trabajar incansablemente por algo que no veíais, podéis estar orgullosos, hoy estáis dando testimonio a lo que estas humildes personas os predicaban hace 12 años. ¡Adra! Levantaos, salid y dar testimonio de esta historia entrañable. ¡Seguidnos! Acompañadnos bajo la humilde mirada del Hijos de Dios. ¡Adra! He aquí al hombre...¡He aquí vuestro Salvador, Jesucristo! Gracias.
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