María Torres
Viernes, 6 de mayo 2016, 10:35
Se llama María del Mar Mañas, nació en Baza y, desde hace unos meses, ha hecho de Adra su hogar. Diplomada en Óptica y Optometría por la Universidad de Granada, esta joven granadina dirige el timón de Óptica Mares, una aventura empresarial que ha 'atracado' en la arteria principal de la antigua Abdera con la firme intención de quedarse. - ¿Cómo llega usted a Adra? - Lo hago por amor. Conocí a mi pareja en Granada, que es patrón de barco en Adra, y decidí instalarme aquí. Adra me encanta. Me encanta el pueblo, su gente, su costa, su puerto... Dejé Sevilla, donde he estado cuatro años como encargada de un par de ópticas importantes, y decidí montar la mía propia. - ¿Qué le empuja a convertirse en empresaria? - Creo que estoy muy preparada para gestionar un establecimiento sanitario de este tipo. Después de adquirir experiencia, quise hacer realidad mi propio modelo de óptica, más cercano y apto para todos los bolsillos. Aquí puedes encontrar desde el producto más glamouroso, con marcas exclusivas, hasta el más práctico, pero siempre respetando la relación calidad-precio. Puedes adquirir un buen producto, hacerte un examen visual fiable al cien por cien y no gastarte un dineral en ello. El trato para mí también es muy importante: individual, personalizado y profesional. - Hace poco más de un mes que abrió sus puertas Óptica Mares, ¿qué balance haría? - Muy positivo. Estoy muy contenga con la acogida que me ha dado la gente. Es cercana, amable, educada y respetuosa. - ¿Ha sido difícil poner en marcha el negocio? - Sí porque no hay ayudas, los trámites son lentos y he pasado meses duros. Sin embargo, merece la pena luchar, ponerle ganas y saber bien en lo que te metes. Si quieres algo, tienes que buscarlo y, al final, es reconfortante. - ¿Le ha cambiado mucho la vida en estos meses? - Sí. Antes hacía mil kilómetros en coche y buscar aparcamiento era un problema diario. Ahora he ganado calidad de vida, puedo hacer deporte, Adra es preciosa y me siento más acompañada. También estoy más cerca de mi familia. - ¿Prefiere la vida en un pueblo a vivir en una capital? - Después de vivir en Granada y en Sevilla, me quedo con Adra. Desde el punto de vista profesional, el cliente de ciudad va de paso y en un pueblo te cuentan su vida, te piden dejarte la compra un momento, te dan las gracias.... En fin, detalles que hacen que el trabajo diario sea más satisfactorio.
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