«Correr me hace sentir capaz de todo porque no existen los límites»
Se llama Morian Parrilla, tiene 35 años y es madre de una niña. Reside en Madrid desde hace tiempo y cada verano regresa a su Adra natal en busca del cariño de los suyos, del mar y de 'espacio' para poder correr. Maestra de Lengua Extranjera, le apasiona el deporte. Actualmente se prepara para participar en la próxima carrera de Castala, una prueba de 11 kilómetros de desnivel y contraste. Será el 8 de agosto en Berja.
María Torres
Viernes, 6 de mayo 2016, 10:47
- ¿Cuándo empezó a correr de forma habitual? - Hace siete años, poco antes de que naciera mi hija. Estuve andando hasta tres día antes ... de dar a luz y retomé la actividad tres meses después. Entonces me la llevaba conmigo a correr en el carrito por Madrid o por la playa en Adra cuando ella apenas tenía cinco meses. Desde el año pasado compito también en carreras como la de la Mujer de Madrid o la San Silvestre, pero sólo soy una aficionada.
- ¿Es usted de los que se han apuntado a la moda del 'running'? - A mí siempre me ha gustado mucho practicar deporte, desde pequeña, y especialmente el atletismo. Es cierto que cada vez somos más las mujeres que corremos, aunque seguimos siendo minoría. A nivel comercial se ha encontrado un filón. Conocidas marcas de ropa de mujer han empezado a diseñar su propia línea de prendas deportivas.
- ¿Qué le aporta correr? - Desconexión. Soy una persona muy activa y nerviosa que necesita canalizar esa fuerza de alguna forma. También me aporta superació. Correr me hace sentir capaz de todo porque no existen los límites. Los marco yo misma.
- ¿De dónde saca el tiempo para entrenar una madre que, además, trabaja fuera de casa? - Entreno entre tres y cuatro días a la semana. Lo consigo con mucho sacrificio, pero también gracias al apoyo y a la comprensión de mi familia. En Madrid aprovecho el buen tiempo para salir a correr a las siete de la mañana. Si no puedo, condenso el ejercicio de viernes a domingo.
- ¿Inculca a su hija su pasión por el deporte? - Sí. Aún es pequeña, pero me gustaría iniciarla pronto en atletismo y en yoga, siempre que quiera. Ella nos ve hacer deporte, tanto a su padre como a mí, y a veces hasta me pregunta si puede venir conmigo al gimnasio.
- ¿Hasta qué punto cambia su rutina cuando abandona Madrid? - Muchísimo. Es todo muy distinto. Aquí vengo a descansar y me considero una privilegiada por poder hacerlo en Adra. Madrid es madrugar, coger el coche el coche para todo, inviernos fríos, correr sobre la carretera. Aquí puedo hacerlo en la playa, en montaña, pisando tierra. La sensación de libertad y de amplitud es mucho mayor.
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