Desaparecen dos reliquias religiosas de la parroquia de Berja
El rosario de la Virgen de la Amargura y
el relicario de la beata virgitana Josefa Ruano. Son los dos
últimos objetos religiosos que han desaparecido en la parroquia de
La Anunciación de Berja. Nadie sabe nada de su paradero desde el
pasado lunes cuando se detectó la ausencia de estas reliquias de
escaso valor económico, pero de gran peso «afectivo».
El párroco, Juan José Martínez, ha rehusado presentar la
correspondiente denuncia por el momento. «Confío en que aparezcan
en unos días. No es la primera vez que algún fiel se lleva a casa
algún objeto para limpiarlo y considero precipitado afirmar que se
trata de un robo», ha declarado a IDEAL. Pese a su confianza en la
buena fe de las personas, el sacerdote convocó ayer a los
responsables de las hermandades y cofradías de Berja «para saber
si alguien sabe algo» de lo sucedido.
Preocupación
La desaparición de los objetos se ha localizado con apenas dos
semanas de diferencia y no se descarta instalar cámaras de
seguridad en el templo. Una medida que respaldan algunos colectivos
religiosos consultados por este diario que han acudido a retirar
los objetos más valiosos que portan las imágenes titulares de
cada cofradía. «La situación es preocupante y nos parece una
absoluta falta de respeto. No sabemos si son personas que roban
para comer o simplemente fanáticos que se hacen con este tipo de
objetos religiosos para coleccionarlos», apunta Rocío Domínguez,
hermana mayor de la Cofradía de la Verónica de Berja. Actualmente
una veintena de imágenes comparten espacio en la parroquia
virgitana.
El hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de Gádor, Antonio
Campos, también ha manifestado su indignación por lo ocurrido.
«Es lamentable que se llegue a estos extremos. En concreto, el
relicario tiene un gran valor sentimental porque perteneció a
nuestra paisana, que fue beatificada, y eso nos hace daño»,
añade el también responsable del Centro Virgitano de Estudios
Históricos. Los hechos coinciden en el tiempo con la tradicional
bajada de la Virgen de Gádor desde su ermita a la parroquia donde
permanecerá durante las primeras semanas de septiembre. «Se
cerrarán turnos con los fieles para que la patrona nunca esté
sola», ha anunciado Antonio Campos.
María Torres
Viernes, 6 de mayo 2016, 10:51
Templos sin vigilancia
La parroquia de La Anunciación de Berja permanece abierta al
público entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche
aproximadamente. Un sacristán se encarga de vigilar el trasiego de
fieles en el templo durante la tarde, pero por la mañana sólo
acude a abrir y a cerrar sus puertas. La iglesia se deja «en manos
de Dios». No es un caso aislado. La situación es similar en
Dalías o en la iglesia de San Isidro de El Ejido. La remuneración
económica que reciben los sacristanes o monaguillos se ha reducido
y su tiempo de dedicación también. Los recortes también han
llegado a la Iglesia y eso está afectando directamente a su
seguridad.
Hace dos años una oleada de robos en varias iglesias sorprendió a
los vecinos de la Alpujarra. Desde entonces, la ermita de la Virgen
de Gádor, en Berja, permanece vigilada las 24 horas del día a
través de cuatro cámaras de seguridad para evitar incidentes. El
desembolso corrió a cargo de la propia hermandad virgitana.
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