Benineros, la historia viva de un pueblo oculto
El agua sepultó sus casas, sus calles y sus plazas, pero no pudo borrar de un plumazo el sentimiento de un pueblo, Benínar, que aún hoy perdura. Obligados a emigrar a finales de los 70 por la construcción del pantano que lleva su nombre, los benineros regresan cada año a un camping cercano para dejar constancia de que son la historia viva de Benínar. Algunos vivieron en primera persona el día a día de una localidad que llegó a registrar un millar de habitantes. Aunque con cierta nostalgia, acuden acompañados por familiares y amigos cercanos a una cita que se ha convertido casi en un homenaje a Benínar, al pueblo que les vio nacer, en el que se criaron y al que su corazón se resiste a renunciar. La paella y los buñuelos son meras excusas para el reencuentro.
María Torres
Viernes, 6 de mayo 2016, 10:37
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