La nueva inquilina de la Casa Palacio de Fondón

Hace tres años decidió escapar del mundanal ruido que le aportaba Barcelona para refugiarse en el pueblo de sus padres, en pleno 'corazón' de la Alpujarra de Almería. Por aquel entonces la artesanía era sólo una forma de pasar el tiempo. Hoy es su forma de vida. Adelina Jiménez es la nueva 'inquilina' de la Casa Palacio de las Godoyas de Fondón. En este majestuoso edificio de finales del siglo XVII ha instalado recientemente su taller, el motor de una aventura empresarial que permite, a su vez, mantener siempre disponible la también Oficina Municipal de Turismo de la localidad. La propuesta de colaboración entre la artesana y el Ayuntamiento partió de la propia Nina, como la conocen en Fondón. El acuerdo se materializó el pasado 19 de marzo cuando Adelina abrió por primera vez las puertas de la Casa Palacio de las Godoyas, un escaparate de lujo para los complementos que elabora de forma artesanal. Además de guiar a los visitantes por las diferentes exposiciones que alberga el edificio, trabaja sus complementos ante su atenta mirada. Salvo los martes, días de descanso, la casa palacio más visitada de Fondón abre de lunes a domingo en horario de mañana y de tarde.

María Torres

Viernes, 6 de mayo 2016, 11:50

Conciliación Administrativa de profesión, Nina conjuga sus conocimientos artesanos y empresariales en un mismo proyecto que lleva por nombre Artesanina. Vende bisutería, bolsos, bufandas, botellas decorativas, broches y 'souvenirs' de la Alpujarra, entre otras cosas. Todo lo elabora con sus propias manos. «Al principio todo esto era un hobby, pero después, cansada de no encontrar un puesto de trabajo, decidí montar mi propia empresa», ha comentado a IDEAL. Autodidacta, Adelina Jiménez utiliza alambre, goma Eva, madera, distintos tejidos y un sinfín de materiales como materia prima. «Aprendí mucho en el colegio sobre manualidades y hoy sigo aprendiendo gracias a mi madre, que es una experta en costura», reconoce. La creatividad que plasma en cada uno de sus diseños, sin embargo, corre de su cuenta.

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Madre de un bebé de apenas seis meses, esta artesana compagina sus quehacer diario con la crianza de su hija. «Ella también me acompaña en la Casa Palacio. En definitiva, todo lo hago por ella y por mi familia», sentencia orgullosa. Sus senderos, sus patrimonios y sus gentes hacen de Fondón un lugar con mucho encanto. Con apenas mil habitantes, la Casa Palacio recibió el año pasado la visita de alrededor de 6.000 personas.

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