María Torres
Miércoles, 11 de mayo 2016, 19:18
Las obras de rehabilitación del Molino del Perrillo protagonizan el último cruce de acusaciones entre socialistas y populares en Berja. Los primeros han presentado una moción exigiendo la puesta en marcha de unos trabajos que, según ha confirmado el gobierno municipal, arrancaron hace una semana. Considerada la 'joya arquitectónica' de la localidad, fiel reflejo de su esplendoroso pasado minería, es el proyecto de mayor envergadura que contemplan los presupuestos municipales de este año.
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Según consta en el texto que trasladará a pleno el Grupo Municipal Socialista, las obras deben retomarse «de inmediato». Cuentan con una inversión de 825.000 euros y corren a cargo de los Planes Provinciales que promueve la Diputación de Almería. Los socialistas atribuyen al cambio de empresa adjudicataria la demora en el tiempo de los trabajos y, además, denuncian que se han perdido elementos patrimoniales «irrecuperables». «Sólo se conserva la fachada del edificio y las paredes laterales», detalla Isabel Arévalo, portavoz municipal. A juicio del PSOE, el edificio se encuentra abandonado debido a una «nefasta» gestión de los populares. «Aún no han sido capaces ni de poner un ladrillo», apostillan sobre unas obras que tendrían que haber concluido, según sus previsiones, a final de 2014. Por último, apelan a las molestias que las obras están generando entre los vecinos del entorno para exigir inmediatez.
En curso «Miente». Así de contundente ha respondido el equipo de gobierno que dirige Antonio Torres, alcalde de Berja, ante tal «alarde de desconocimiento» por parte del PSOE. Según fuentes municipales, las obras para restaurar el Molino del Perrillo se retomaron hace una semana. «Se ha debido rehacer el proyecto porque al realizar el estudio geotécnico del solar, con las pertinentes microperforaciones para la construcción de la cimentación, se han detectado numerosas inestabilidades en el terreno que han obligado a replantear los pilare del edificio y que se deba modificar el proyecto inicial», detallan las mismas fuentes. Una circunstancia «imprevisible».
Por otro lado, el Ayuntamiento desmiente categóricamente que se haya perdido ningún elemento de valor. El suelo, las columnas, las puertas y la rejería fueron objeto de un «delicado desmontaje manual» para volver a instalarlos. Además, permanecen intactos el molino y la sala de molienda.
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