El hábitat natural de la ranita meridional debe contener agua y vegetación autóctona y las Albuferas aún cumplen con los requisitos.

Las Albuferas de Adra, el último refugio de la ranita meridional en la provincia

Un grupo de voluntarios comprueba la alarmante desaparición de esta especie protegida en algunas zonas de Almería y de Murcia

MARÍA TORRES

Domingo, 12 de junio 2016, 23:07

Apenas mide cinco centímetros, pero es capaz de destacar por su potente canto entre los anfibios que habitan en Europa. Es la ranita meridional, una especie protegida que sobrevive al borde de la extinción en el sureste español. Lo revela un reciente estudio elaborado por un grupo de voluntarios que apunta a las Albuferas de Adra como el último gran refugio de este animal menudo cuya alarmante ausencia esconde una degradación general del entorno.

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Las conclusiones del muestreo realizado entre Murcia y Almería no son halagüeñas. Si la presencia de la ranita meridional era habitual en este rincón de la Península Ibérica entre los años 80 y 90, cuando se realizaron las últimas prospecciones al respecto, hoy los datos indican que este anfibio está en regresión en Almería, mientras que en tierras murcianas ha llegado a desaparecer. Entre finales del mes de abril y principios de mayo, alrededor de 50 voluntarios establecieron 70 estaciones de muestreo repartidas en ocho zonas. Aunque el de Adra era el enclave más amplio, también se intentó localizar a machos cantando en el levante almeriense y en Murcia. «En todo el cauce del río Adra, donde antaño la especie era abundante, al menos desde Fuentes de Marbella hasta Entrerríos no hubo ni un solo indicio de la especie», lamentan desde Serbal, Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense. «Y en el antiguo delta del río, apenas se escucharon dos machos. Un presencia casi residual en puntos muy degradados, sin agua superficial, a punto de ser destruidos», apuntan las mismas fuentes.

Por el contrario, las Albuferas de Adra siguen siendo un hábitat especial para la ranita meridional. Aunque de forma latente, su presencia en este humedal almeriense ha quedado acreditada. «En Adra tan sólo se encontró a la ranita en tres de las 12 estaciones de muestreo llevadas a cabo en las Albuferas, contando con coros que superaban hasta los 20 machos. Es el único sitio donde se mantiene una población que podría subsistir en el tiempo», sentencian.

Sin rastro

La situación contrasta con la hallada en Murcia, donde la ranita que tres décadas antes frecuentaba determinados parajes se ha extinguido, y en el levante de Almería. En este caso, salvo en el río Aguas, donde se registró el canto de tres machos, la ranita brilla por su ausencia en el río Antas y en el Almanzora. Con todo, los ambientólogos y biólogos que han participado de forma voluntaria en el estudio concluyen: «Adra es el último gran refugio de la ranita meridional en el sureste ibérico».

De la mano de Serbal, colectivos como Berja Comprometida, El Árbol de las Piruletas y el Grupo de Investigación Ecológica Acuática y Acuicultura de la Universidad de Almería, entre otros, se han implicado directamente en este proyecto. Repartidos en grupos, han rastreado casi al unísono distintas localizaciones en busca de la ranita meridional. De noche y con sumo cuidado, provistos de linternas y botas impermeables, afinaron sus oídos para recoger el resultado de los reclamos auditivos instalados para atraer a los machos. Ni rastro de la ranita meridional en Murcia. Tampoco en los cauces de los ríos Antas, Almanzora y Adra. El silencio fue la respuesta.

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