La crisis del ladrillo en la casa de Dios
La parroquia de Adra retoma las obras de una iglesia en construcción desde 2007. El párroco busca 'puerta a puerta' la implicación de los vecinos para poder cumplir el reto de terminarla en 2017
MARÍA TORRES
Sábado, 30 de julio 2016, 22:07
Ha pasado casi una década años desde la colocación de la primera piedra y un lustro desde que la crisis paralizase las obras de la nueva iglesia del barrio de los Pescadores de Adra. No sólo bastan las buenas intenciones cuando toca apretarse el cinturón y establecer prioridades, aunque se trate de la casa de Dios. El párroco de Adra, Antonio Cobo, ha decidido tomar las riendas del proyecto con un propósito firme: terminar el templo en julio de 2017.
Ante este reto, no está solo. Cuenta a priori con la colaboración de los vecinos de un barrio muy ligado a la pesca y a su patrona, la Virgen del Carmen. A lo largo del verano, acompañado por dos seminaristas , un diácono de la Diócesis de Almería y propia imagen de la Virgen del Carmen, visita casa por casa a quienes están enfermos o sufren por «alguna desgracia personal». Aunque el fin último es recaudar fondos, su objetivo más inmediato es «hacer parroquia», crear un vínculo especial que garantice la implicación de los fieles en un templo vestido de ladrillo y escombros hasta la fecha. La idea es «dar consuelo y auxilio» a cambio de un último empujón para finalizar las obras.
De forma paralela, se han organizado actividades deportivas bajo esta misma premisa en el colegio público San Nicolás. Una convocatoria abierta donde también ha habido espacio para rezar el Rosario, confesarse o celebrar una misa. La iniciativa ha recorrido otros rincones de la zona noroeste del término municipal como la plaza Andalucía, la placeta de la Torre de los Perdigones, la plaza Virgen del Carmen o el espacio abierto que rodea la nueva iglesia. Además, se han proyectado películas y se ha jugado con videojuegos sobre la misma pantalla.
Tras la procesión de la talla de la Virgen del Carmen por las calles del barrio, el coro infantil Pedro de Mena de Adra puso el broche de oro a tanta actividad con un concierto. Para la ocasión, los vecinos tuvieron que ponerse manos a la obra para limpiar, adecentar e iluminar la estructura de la iglesia. La decoración corrió a cargo de una empresa del municipio, Eventos Ferrio, y el templo se quedó pequeño para reivindicar que ha llegado el momento de retomar el proyecto. Satisfecho con la respuesta obtenida, el párroco trabaja ya en nuevas actividades que permitan dejar atrás la crisis del ladrillo y abrir al fin las puertas de la Casa de Dios.
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