La Chanca, en el Museo de Adra

La exposición fotográfica La Chanca, todo un barrio de Carlos Pérez Siquier se podrá visitar en el Museo de Adra hasta finales de año. La muestra fue inaugurada ayer por el autor y el alcalde de la ciudad, Manuel Cortes y está organizada por la Diputación Provincial de Almería, a través del Instituto de Estudios Almerienses en colaboración del Ayuntamiento de Adra.

Abderitanos y visitantes podrán disfrutar de una treintena de fotografías tomadas entre los años 1962-1965, pertenecientes a la serie de color de esta obra. Esta muestra está dividida en dos grupos: dieciséis fotografías continúan formalmente la serie en blanco y negro, pero muestran su evolución artística hacia el detalle, y las catorce imágenes de las paredes desconchadas restantes, representan un ejemplo de abstracción.

Durante la inauguración, a la que también asistió la concejal de Cultura, Elisa Fernández y la pintora almeriense Carmen Pinteño, ell alcalde agradeció al autor su presencia en la exposición y afirmó que para los abderitanos es un verdadero privilegio contar en nuestra ciudad con la segunda parte de esta interesante serie fotográfica, que refleja su pasión por el barrio de la Chanca y resaltó que Pérez Siquier es un almeriense considerado uno de los autores pioneros de la vanguardia fotográfica en nuestro país.

Cabe recordar que el Museo de Adra acogió el pasado año 2015 la muestra de la serie fotográfica en blanco y negro, con instantáneas tomadas entre los años 1956-1962. A la primera serie en blanco y negro pertenecen las ocho imágenes de la serie antes comentada del entierro y otras treinta y nueve tomadas entre 1956 y 1962.

Carlos Pérez Siquier

Premio Nacional de Fotografía (2003), es uno de los grandes referentes de la fotografía española. Desde muy joven se sintió atraído por el barrio almeriense de La Chanca. Un lugar que, más tarde, formaría parte del imaginario estético y la preocupación social de los artistas e intelectuales, como Juan Goytisolo. Las horas y los días de este barrio y la vitalidad de sus gentes, frente al abandono institucional, la unidad de paisaje y paisanaje, su belleza, conforman un modo de ver y sentir que Pérez Siquier ha sabido universalizar como pocos.