La Retahíla, con la radio a otra parte

«Donde antes había palabras, donde antes había tertulias, entrevistas, información, donde existía la libertad de expresión, ahora sólo queda el hueco, sólo se oye el vacío, el silencio que deja la censura, el dedo de la intolerancia y el poco respeto por las libertades y los derechos de los ciudadanos», ha lamentado el colectivo vecinal desde la redes sociales. El problema radica en los niveles de exposición a emisiones radio eléctricas derivados de la radio. Unos niveles «inferiores a los establecidos por ley», según se desprende de un estudio redactado por un experto en Telecomunicaciones y presentado por La Retahíla en su defensa. Sin embargo, el instituto no otorga suficiente entidad a este informe, si no llega avalado por el sello del colegio profesional. Aval del que, hasta el momento, carece la asociación.

Una excusa «burda»

A juicio de La Retahíla, se trata de una «burda excusa» para justificar la prohibición de la emisora. Tal y como defiende la asociación de vecinos en un escrito presentado ante la junta directiva, la actividad radiofónica ha conseguido que el alumnado de este instituto sepa sintetizar hechos cotidianos, usar correctamente el lenguaje, desgranar la actualidad e incentivar su motivación por conocer. Pese al desconcierto que ha generado la decisión del consejo escolar, la asociación da las gracias: «Agradecemos estos siete años e caminar juntos y lamentamos también que por faltar un sello se pierda un recurso en este instituto y, lo que podría ser peor, la libertad de pensamiento y expresión». En esta misma línea se ha manifestado el sindicato de estudiantes Abdera, contrario al cierre de la emisora. El instituto ha declinado hacer declaraciones y desde la delegación territorial de la Consejería de Educación se alude a la «autonomía» del centro para determinar sus proyectos educativos.

Desmantelado el estudio, la asociación se ha dirigido individualmente a los concejales de los cuatro grupos políticos para poder hacer uso de las instalaciones de la emisora municipal. A la espera de una respuesta, La Retahíla continúa emitiendo por internet mientras encuentra un nuevo lugar al que acudir con la radio a otra parte.