María Torres
Domingo, 26 de febrero 2017, 00:40
Eran las once de la mañana de un día cualquiera cuando Encarna Navarro extrajo 250 euros de su cajero habitual. Febrero echaba a andar y tocaba pagar el recibo de la luz, un apretón más a su ya ajustado cinturón. Un despiste hizo que esta abderitana abandonase la sucursal, cartilla en mano, pero sin dinero. Desesperada, hizo un llamamiento público a través de las redes sociales para recuperar lo que era suyo. Un dardo al corazón de los internautas que ha surtido efecto. Once días después, el dinero estaba en su casa.
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«Yo soy pobre. Trabajo en la vega y ya tengo 60 años. Muchos sabéis que tengo a mi marido enfermo, todos me conocéis y sabéis mi fe por todo el mundo». Con este mensaje, Encarna 'la barcelona', como la conocen sus vecinos, logró recuperar el dinero que dejó olvidado en el banco. Madre de cinco hijos y único sustento económico de su familia, gracias a un trabajo que alterna entre la faena del invernadero y la limpieza de domicilios, conoce perfectamente lo que significa ganarse la vida con el sudor de su frente. Aunque su despiste le robó el sueño durante varios días, esta abderitana nunca perdió la esperanza.
El desenlace
Tras alertar al banco de lo ocurrido y presentar la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil, las posibilidades de recuperar el dinero eran prácticamente inexistentes. Sin embargo, Encarna rompió las previsiones. Móvil en mano, visitó el grupo de Facebook 'No eres de Adra Si No......' para avisar a sus vecinos de lo ocurrido e intentar ablandar el corazón de quien, aprovechando su descuido, se apropió de su dinero. Y lo consiguió. «Me entretuve leyendo unos papeles y me marché olvidando el dinero sacado», explicó a sus paisanos a través de las redes sociales, al tiempo que advirtió: «Espero que quien sea, se toque el corazón y lo entregue antes de que lo detenga la Guardia Civil, que lo hará más tarde o más temprano».
Sus palabras, compartidas decenas de veces en las redes sociales con mensajes de ánimo, llegaron finalmente al destinatario que Encarna buscaba, un joven de Adra que no pudo o no quiso cargar con ese peso sobre su conciencia. «Es un muchacho de Adra y conocemos a su familia de toda la vida. Al enterarse por Facebook que yo era la dueña del dinero que cogió, ha venido a mi casa a entregármelo personalmente», ha contado a IDEAL. Aunque dice estar afectada por el «dolor moral» provocado, no le guarda rencor. «Tuvo el detalle de devolverlo y pudo no haberlo hecho», razona con sensatez. Así termina el inoportuno despiste de Encarna 'la barcelona', una mujer que seguirá confiando en los demás mientras no le demuestren lo contrario. «Siempre hay gente buena en el mundo, aquí está la muestra, y en Facebook también».
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