La banda de música de Adra cumple 25 años

Han pasado 25 años desde que la asociación musical Ortiz de Villajos, en honor al célebre compositor abderitano, decidiese apostar por formar una banda de música en Adra. El grupo, que actualmente tiene alrededor de 50 componentes, cumple un cuarto de siglo de constancia, dedicación y amor por la música, un sentimiento que ha logrado contagiar y extender al unísono entre distintas generaciones.

Mucho ha cambiado desde que, en 1992, la banda Ortiz de Villajos echase a andar. A lo largo de este tiempo, el colectivo ha creado la única escuela de Adra en la que aprenden a la par padres, hijos y abuelos. «Los padres que antes esperaban a sus hijos en la puerta a que la clase terminase, hoy están aprendiendo también a tocar un instrumento», afirma satisfecho Francisco Castilla, director de la banda y de la escuela de música. Alrededor de 60 personas se preparan para poder integrar una banda que este año ha sumado nueve incorporaciones. Para evocar una antigua tradición muy asentada en otros lugares de España como Valencia, donde se recogía en sus casas a los nuevos miembros, la banda salió la semana pasada a la calle para dar la bienvenida a los nuevos compañeros. «Es una tradición que se está perdiendo y resulta especialmente emocionante para el músico y para sus familiares», apunta el precursor de esta iniciativa.

A la espera de cerrar el calendario de actividades diseñado para celebrar el aniversario de la banda, Castilla ha avanzado que se está trabajando en un concierto que contará con la participación de distintas asociaciones de Adra ligadas al cante, al baile y a la música en definitiva. Una puesta en escena sin precedentes que irá acompañada de otras citas que prefiere no desvelar. «Será sobre final de julio», ha apuntado.

Estudiar música

Mientras tanto, la actividad continúa. La banda tiene la Semana Santa a la vuelta de la esquina y la escuela sigue su ritmo de lunes a sábado. En el Centro Ortiz de Villajos, ubicado en el Edificio Plaza del Ayuntamiento de Adra, se enseña a tocar un instrumento, se imparte lenguaje musical, se organizan audiciones de forma regular y se disfruta de la música en general. Aunque sin la correspondiente homologación, la escuela de música funciona como un conservatorio a todos los efectos. Cinco profesores titulados están al frente de cada clase.

La de Adra es la escuela de música más barata de la provincia, según asegura Castilla sin miedo a equivocarse. Veinte euros es la cuota que paga mensualmente una persona que quiere iniciarse en la música o perfeccionar su técnica musical. «Aquí el que no aprende música es porque no quiere», apostilla. La escuela se sustenta en la asociación musical Ortiz de Villajos, en las aportaciones de sus alumnos y en el respaldo institucional del Ayuntamiento de Adra.

«La música aporta concentración, sensibilidad, disciplina, esfuerzo, madurez y, lo más importante, constancia y dedicación», ha enumerado su director. La escuela es, además, un punto de encuentro donde se llegan a crear fuertes vínculos de amistad entre los músicos. La parte más divertida la aportan los viajes, los conciertos y los pasacalles. De ahí que la banda sea imprescindible para la escuela y la escuela para la banda. «Es difícil explicar con palabras qué se llega a sentir cuando formas parte de una música que está sonando en directo. Se siente sólo desde dentro», reconoce Castilla. Aunque se recomienda no comenzar antes de los siete años, la música no tiene edad. Nunca es tarde para empezar.