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«He pasado de cortar el pelo en casa de mi abuela a tener mi barbería; cumplo un sueño»

«He pasado de cortar el pelo en casa de mi abuela a tener mi barbería; cumplo un sueño»

Gonzalo Salinas, un joven abderitano de 22 años, abre las puertas de su negocio por primera vez: «Cuando es tuyo, puedes crecer»

María Torres

Adra

Sábado, 11 de mayo 2024, 11:28

A las nueve de la mañana de hoy sábado, con puntualidad inglesa, el sueño de un joven abderitano de 22 años se hará realidad. Con los nervios a flor de piel, entre la ilusión y la responsabilidad que acarrea ser emprendedor, Gonzalo Salinas abrirá las puertas de su negocio por primera vez. Se trata de una barbería y llevará por nombre ARB Estudio.

Era solo un adolescente cuando se fijó, como objetivo de vida, ser barbero. Han pasado ocho años desde entonces y, hoy, se siente sobradamente preparado para hacer de su oficio un medio de vida. «Me ha gustado desde siempre y nunca he contemplado dedicarme a otra cosa», reconoce. Adquirió, primero, la formación necesaria para ejercerlo y, después, la experiencia que le ha ayudado a crecer profesionalmente. «Sin duda, estoy cumpliendo un sueño, que era abrir y crecer en mi propia barbería», asiente orgulloso y expectante por conocer la respuesta que obtendrá.

Atrás quedan sus inicios como aprendiz, cuando «cortaba el pelo en casa de mi abuela», y la telaraña de trámites -burocráticos y de otra índole- para montar su propio negocio, que se ubica en el número 15 de la calle Natalio Rivas, en Galería Centro Adra. «He contado con la ayuda de mi familia, de mi novia, de mis suegros... Yo solo no podía montar esto. Ha habido muchos quebraderos de cabeza, sobre todo por querer ir más rápido de lo que se podía, pero finalmente ya es una realidad y la ilusión es mayor. Cuando el negocio es tuyo, puedes crecer profesional y personalmente también», argumenta.

Convencido de que está en el camino correcto, Gonzalo decidió dar un paso al frente y emprender: «Tengo la seguridad de que es lo que me gusta y de que lo hago bien. Además, quiero demostrarlo cada día y reflejarlo en el servicio que voy a prestar para poder seguir creciendo». A diferencia de otros jóvenes, que encuentra un futuro más factible en otros lugares, él quiere desarrollarse profesionalmente en Adra. «Quiero que venir a mi barbería sea una experiencia. A mí lo que me satisface de ser barbero es hacer feliz a alguien, subirle la autoestima, ser capaz de sacarle su mejor versión, desde un punto de vista estético, y que se vaya más contento de lo que llegó», apunta al respecto.

Competencia prolífera

ARB abrió ayer sus puertas a familiares y amigos para celebrar la inauguración del local, que destaca por una decoración sobria y cuidada, y hoy abre al público en su horario convencional. Son varias las peluquerías para caballeros que han proliferado en Adra en el último lustro. Demanda no falta y oferta tampoco. Cuidarse está de moda, también entre ellos. Gonzalo apuesta por la limpieza, la amabilidad y los «pequeños detalles» que marcan la diferencia para poder seguir creciendo en la localidad que lo ha visto nacer, crecer y madurar.

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