Preocupación en la flota pesquera de Adra por la caída de ventas en las pescaderías

La flota pesquera abderitana ha plantado cara a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Más de una decena de embarcaciones sale a faenar cada día con normalidad para garantizar el abastecimiento de pescado fresco en el municipio. Sin embargo, las ventas en las pescaderías de toda la vida se han desplomado. Con los bares y restaurantes cerrados, los pescaderos amenazan con echar el cierre.

La preocupación es máxima. «El consumidor prefiere ir a grandes superficies a por pescado, comprar rápido y de todo y volver a casa, olvidando que el mejor pescado, el de mejor calidad, está en su pescadería de siempre», ha lamentado José Nadal, responsable de la lonja de Adra y presidente de la Asociación de Productores Pesqueros de la localidad.

Actualmente el pescado de la lonja de Adra se comercializa en el Mercado de Abastos y en una decena de establecimientos de venta menor del término municipal. También se puede encontrar en Berja, Balanegra, Dalías, El Ejido, Albuñol y Ugíjar. No se vende en ninguna cadena de supermercados, de sobra conocidas, tan sólo en Supermercados Charter.

La lonja de Adra está funcionando al cien por cien. Siguiendo las instrucciones encomendadas por el Gobierno de España y también por la Junta de Andalucía, el abastecimiento de pescado fresco está garantizado «de momento». Los empleados usan cada día mascarillas y guantes y la desinfección se realiza de forma diaria y minuciosa.

Sin embargo, el sector pesquero observa con incertidumbre la caída de las ventas. . «La actividad en la lonja está alegre. Se está pescando de todo: salmonetes, jibia, rayas, bacaladillas, brecas, pulpo, gambas. Pero la alegría se pierde en cuanto no se llegan a cubrir ni los gastos en combustible», ha alertado. «Las pescaderías están al borde del cierre y la flota, a punto de retirarse», ha añadido.

Alternativas

Algunas pescaderías han perdido a sus clientes más fuertes, bares y restaurantes, y no logran sobrevivir con el pescado que venden al ciudadano de a pie. «Antes tenía 12 bares a mi cargo y ahora no tengo a ninguno. Además, el precio del marisco y del pescado bueno ha bajado mucho», explica Andrés del Pino, gerente de pescadería La Roca de Adra. «Nuestros clientes llenaron el congelador la semana pasada, pero esta está siendo caótica, una semana de pérdidas», reconoce. Su caso no es aislado y son muchos los negocios de venta de pescado que están pensando bajar la persiana hasta que remita la crisis sanitaria provocada por el virus de Wuhan y la normalidad impere.

La Asociación de Productores Pesqueros ha convocado esta semana una reunión con marineros y compradores para insistir en la necesidad de mantener abiertas al público las pescaderías. En este encuentro se han planteado la necesidad de solicitar formalmente al Gobierno de España «que se condone la Seguridad Social» durante dos meses para cubrir gastos. Asimismo, se ha sugerido la posibilidad de salir a faenar sólo lunes, miércoles y viernes. «De momento tenemos pescado fresco a unos precios acordes a la economía de nuestro pueblo, pero si las pescaderías echan el cierre la flota tiene que parar, las consecuencias serán duras para todos», ha advertido.

A través de este periódico, Nadal ha hecho un llamamiento a la población para que «compre pescado fresco de Adra en su pescadería de siempre». Alude a sus propiedades nutritivas, infinitamente más beneficiosas que las que ofrece el pescado congelado. Además, de su consumo depende la economía de decenas de familias abderitanas.