El PSOE reclama limpiar y tapiar el hotel y el Consistorio alega que es propiedad privada

Sin embargo, para el principal partido de la oposición es «urgente» solicitar un nuevo permiso al juez para responder a los últimos incendios ocurridos, «tres en el último mes», y al «efecto llamada» que se está originando entre los jóvenes. Acceden al interior del inmueble, practican 'parkour' y «rompen más si cabe la infraestructura del edificio». «No podemos dejar que los propietarios y usuarios de las viviendas colindantes se sientan diariamente amenazados con intrusiones en sus hogares o con riesgos de robo e incendio por el lamentable estado que presenta este edificio», denuncian desde el PSOE, que consideran imprescindible «tomar cartas en el asunto».

Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Adra se insiste: «Se trata de una propiedad privada y que, por tanto, corresponde a sus propietarios afrontar las tareas de conservación y mantenimiento necesarias». Aunque tiende una mano a la «colaboración» en lo preciso, recuerda que se necesita autorización judicial.

Hace unos años, el Consistorio intervino. «La intervención municipal se ciñó, expresamente, a lo dictado en la autorización judicial, procediendo a la limpieza del jardín, cierre de instalaciones y la reparación de los revestimientos de los balcones con posibilidad inminente de desprenderse, con el objetivo de que el inmueble cumpliese con todos los requisitos de seguridad recogidos en la Ley Autonómica de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), que obliga a la realización de trabajos y actuaciones precisas para la conservación de edificios», detallan.

Por su parte, desde el equipo de gobierno -formado por PPy Cs- se le pide al PSOE que no trate de «confundir» a los abderitanos y se le reprocha que su «única propuesta» relacionada con el hotel haya sido «sugerir la compra del inmueble por el propio Ayuntamiento». En su lugar, el Consistorio inició varios expedientes para provocar la venta forzosa del hotel. Mientras tanto, los vecinos afectados se sienten «vendidos» ante la oleada de gamberradas que se suceden en el interior de un antiguo hotel endeudado y abandonado a su suerte por los propietarios.