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Una de las viviendas incendiadas en Puente del Río. R. I.

Las puertas de las casas de 'Los Saúles', desencajadas como símbolo de destierro

Tras el tiroteo en el que murió un joven de 22 años, enterrado el martes en Adra en un amplio despliegue policial, la familia del clan rival abandonó sus hogares, más tarde incendiados

Nerea Escámez

Almería

Miércoles, 4 de junio 2025

No está escrito en ninguna parte, sin embargo, el destierro en el pueblo gitano es lo que podría traducirse como la mayor condena que castiga los homicidios. Abandonar el lugar de residencia y dejar atrás todo lo vivido en esta zona es la consecuencia más inmediata en un modelo que pretende trasladar empatía ante el dolor de los familiares de una víctima mortal. Es lo que ha ocurrido con los familiares del presunto autor del tiroteo –miembros de 'Los Saúles'– en Puente del Río. Nada más ocurrir los hechos, la muerte a tiros de un joven de 22 años de 'Los Lateros' a las nueve de la mañana del lunes, hacían las maletas y abandonaban raudos sus viviendas para mostrar respeto y evitar represalias mayores. A quién le dio tiempo, optó por desencajar las puertas y las dejó apoyadas en la pared. Es una imagen singular, un símbolo de la marcha solidaria, que invita a comprobar por sus ojos el destierro.

No solo fue un símbolo, una comunicación, sino que además esta práctica facilitó que la madrugada del martes cuatro de estas viviendas del clan de 'Los Saúles', incluidas las de las puertas desencajadas, amanecieran calcinadas. También se pincharon las ruedas de los vehículos del entorno. La Guardia Civil investiga los hechos.

El revuelo del lunes, tras la reyerta presuntamente iniciada por una queja por el volumen de la música, habría despertado viejas rivalidades y tensiones entre ambas familias. Y la tensión se palpaba en el ambiente desde que se confirmó la muerte. Manuel Cortés, alcalde, clamaba por una respuesta pacífica ante el miedo dispersado por Puente del Río, una pacífica barriada del extrarradio.

El martes por la tarde, en torno a las siete, la familia del joven que murió por los impactos producidos por arma de fuego enterraron el cuerpo en el cementerio abderitano entre un amplio despliegue sin precedentes (más del triple del contingente habitual en Adra) con la intención de garantizar la seguridad a los familiares del clan de 'Los Lateros' como a los vecinos de la zona.

«No sabemos lo que ha ocurrido, solo que iba a arreglar la terraza y puso la música, como hace la gente joven, entonces le dijo que la quitara y al negarse, cogió una pistola o una escopeta y le ha matado», comentaba una de las tías del fallecido a un programa de televisión. De momento, la Guardia Civil continúa con la búsqueda del presunto autor del crimen, un varón de unos 60 años, así como del arma homicida. Adra, por su parte, intenta recomponerse entre el estupor y el miedo de que se vuelva a repetir un episodio similar. La Policía Judicial de la Guardia Civil trabaja con sigilo y de forma minuciosa en la investigación, declarada secreta por orden del Juzgado de Instrucción 1 de Berja.

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