María Torres
Adra
Domingo, 21 de abril 2024, 11:33
A pocas semanas de enfrentarse a las temidas pruebas de acceso a la Universidad, los nervios se palpan en el ambiente entre los estudiantes de 2º de Bachillerato del instituto de Enseñanza Secundaria Gaviota de Adra. «Me siento muy saturada», reconoce en público una alumna. «Tengo miedo; creo que cuando llegue el momento del examen no sabré plasmar lo que estoy estudiando», expone, de brazos cruzados y cabizbaja.
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Su testimonio no es una excepción. La salud mental de quienes están a punto de someterse a una prueba que puede -o no- cambiar el rumbo de sus vidas comienza a preocupar entre la comunidad docente. Sequedad de boca, mareos, temblor de manos, dolor de cabeza, palpitaciones, náuseas o dificultad para respirar son señales de alerta. «Estamos detectando que hay mucho estrés en el alumnado de Bachillerato, especialmente, el que se está preparando la selectividad. Ante un examen, hay algunos alumnos que no saben controlar sus emociones y rompen a llorar, hasta el punto de no poder llegar a hacerlo. Se desbordan», explica Luz María Criado, orientadora del IES Gaviota de Adra.
Para prevenirlo, el centro educativo está realizando talleres sobre control de ansiedad, estrés, autoestima y relajación. Ayudados por la enfermera referente escolar, alrededor de 70 alumnos están aprendiendo herramientas que ayuden a canalizar sus emociones de una forma positiva. Lo hacen de forma grupal generalmente, pero también se asesora individualmente a quienes presentan mayor vulnerabilidad. Realizar ejercicio físico de forma frecuente, mantener una dieta saludable, evitar el tabaco o el alcohol, realizar ejercicios simples de concentración como 'mandalas' o puzzles, controlar la respiración o practicar descansos de forma periódica -incluyendo la desconexión de redes sociales- ayuda a prevenir el colapso, según los expertos. «Se puede trabajar la mente para prevenir enfermedades mentales y es recomendable hacerlo cuanto antes para evitar pacientes ansiosos de por vida», apunta Isabel Martín, enfermera referente del Distrito Sanitario Poniente de Almería.
La clave: prevenir
Saber controlar las emociones, o controlarlas correctamente, puede marcar la diferencia. «Cuando un alumno entra tranquilo a hacer un examen, sin tensión, no se bloquea, lógicamente influye en la nota final», acredita Antonio Montes, director del instituto. Las familias, por su parte, tienen también un papel importante en este contexto. «Hay alumnos que nos llegan con unas expectativas muy exigentes y se frustran. Es muy importante que los padres no proyecten en sus hijos sus carencias. Es necesario que los escuchen», recomienda la enfermera.
En este curso, serán cuatro las charlas que se impartirán sobre salud mental entre el alumnado de 2º de Bachillerato del IES Gaviota. Cuenta, también, con la colaboración del centro Quiérete de Adra. Un proyecto «piloto» que la enfermera escolar no descarta programar en otros centros si finalmente se obtienen buenos resultados. «Queremos evitar que el alumnado pida ayuda cuando ya está desbordado. Queremos anticiparnos a determinadas situaciones de estrés, que se transforman en ansiedad, para prevenirlas», insisten.
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Alrededor de 70 alumnos del IES Gaviota se presentarán a la selectividad en junio. El porcentaje de aprobados el pasado año rozó el cien por cien.
Lucía Dominguín, en el Gaviota
Lucía Dominguín Bosé visitó el IES Gaviota de Adra para protagonizar una de las sesiones impartidas al alumnado de 2º de Bachillerato sobre salud mental. Llegó desde Segovia, tras ocho horas de viaje en furgoneta, y sin ánimo de servir de ejemplo. La hija de la desaparecida actriz Lucía Bosé y del célebre torero Luis Miguel Dominguín ha publicado recientemente un libro -'El cielo sostiene la tierra', editado por Círculo Rojo- donde relata su propia historia de superación.
La autoestima fue la piedra angular de una charla casi improvisada entre la invitada y los estudiantes abderitanos. Para empezar, Dominguín Bosé habló de la importancia de controlar la respiración y de aprovechar las emociones «para hacerte más fuerte, no al revés». Cuestionada como estudiante, Lucía se refugió en la pintura y llegó a convivir durante dos años con Pablo Picasso: «Éramos dos exiliados: él por política y yo por no estudiar. Preparaba tortilla de patatas y pollo y veíamos lucha libre». «Os tengo hipnotizados, no sé si serán las flores», señaló con ironía.
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Otro de los conceptos que subrayó fue la resiliencia: «Me he caído en la mierda muchas veces y se lo he agradecido para levantarme. El ego es muy cabrón y el miedo también. A veces, hay que pasar miedo para que no te controle», expresó con naturalidad. «Confía en el poder del amor como muleta para levantarte», añadió. «Fortaleciendo la autoestima, nada ni nadie podrá con vosotros», sentenció.
Lucía estuvo acompañada por Encarna Ibáñez, responsable del centro Quiérete. «La presión del miedo hace que estéis ahora muy bajos. Haced autoevaluación de vuestros dones y talento y enfocad ahí la atención», aconsejó. «Sois personas únicas llenas de virtudes», añadió Isabel Martín, la enfermera referente del centro educativo durante la charla impartida el pasado miércoles.
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