maría torres
ADRA
Martes, 23 de marzo 2021, 10:56
El 2 de marzo de 2020 Isabel Vargas conseguía abrir, con mucho esfuerzo y sacrificio, su propia academia de danza: Las Flores de mi Patio. Apenas unos días después, se declaró el estado de alarma en España. Un jarro de agua fría para esta profesora de danza y para sus 170 alumnos que, desde entonces, sortea la crisis con mucha paciencia y pocas ayudas.
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Ubicada en el centro de Adra, la escuela cuenta con salas amplias en las que poder garantizar la distancia mínima entre las personas. Aunque el uso de la mascarilla es obligatorio y toma la temperatura a sus alumnos, dispone también de máquinas de renovación de aire y puntos de desinfección. «Lo de bailar con mascarilla ya es lo de menos, yo ya me he acostumbrado», reconoce con cierta resignación.
Vargas reivindica que se trata de un espacio seguro, pero se ha visto obligada a suspender la actividad normal de la escuela durante varios meses encadenados. A las clases de flamenco, danza española y técnicas básicas de ballet, ha añadido clases de zumba para lograr unos «ingresos extra» «Trabajos principalmente con niños, en horario de tarde, de cuatro a nueve de la noche, y no hemos podido. En mi caso, no he llegado a cubrir ni el 20 por ciento de los gastos. La situación para las escuelas es crítica e insostenible», advierte.
Pese a los cambios, confía en que todo esto pase. Su esencia, su arte y su talento, mientras tanto, permanecen inalterables.
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