SOS: las Albuferas de Adra piden 'oxígeno'

En un estudio avalado por las universidades de Granada, Málaga y Almería, se advierte de su progresivo deterioro y de la necesidad de restaurar su calidad ecológica

María Torres

Adra

Domingo, 24 de septiembre 2023, 10:20

Expertos de las universidades de Granada, Málaga y Almería han corroborado a través de un riguroso estudio empírico lo que la realidad evidencia: el progresivo deterioro de las Albuferas de Adra. Declarado Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Conservación y Protección de Aves, el humedal almeriense sobrevive «encorsetado» entre la agricultura bajo plástico y una expansión humana que ahoga. Según concluye el equipo, formado por 11 profesionales, sobran argumentos para exigir que se frene su degeneración y que restaure el estado de su masa de agua.

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El análisis elaborado se remonta a los años 60, al denominado «milagro almeriense», que supuso un antes y un después para el humedal con la llegada de la horticultura intensiva de invernadero. Los mayores cambios de uso del suelo se produjeron precisamente entre 1956 y 2007, casualmente el periodo donde la calidad ecológica del humedal fue más acuciante.

La Albufera Honda y la Albufera Nueva estaban libres de invernaderos a finales de los años 50 y, medio siglo después, ya están completamente rodeadas de actividad agrícola bajo plástico. En el primer tercio de la década de 2010, se inició un proceso seco o de recesión, tanto en precipitaciones como en humedal, según se cita en el estudio.

Conclusiones

La radiografía actual de las Albuferas de Adra, elaborada por los expertos de las tres universidades andaluzas en base a las investigaciones científicas realizadas en la últimas décadas y a los datos facilitados por la Junta de Andalucía, deja constancia de que hoy las lagunas son menos profundas, el agua ha ganado salinidad y ha perdido calidad, el carrizal ha mermado de forma considerable y la presencia de aves también. Preocupa especialmente las poblaciones de pez fartet y de ranita meridional, por encontrarse en peligro de extinción, así como el declive de las aves acuáticas.

Los expertos concluyen que la cuenca hidrográfica de la Albufera de Adra ha experimentado una «transformación masiva» de sus ecosistemas naturales desde 1956. El nivel del agua ha bajado por un «exceso de extracciones y la escasa recarga del río» y la salinidad es mayor. «Hemos detectado una disminución de la calidad del agua y aumento del estado trófico (hipereutrofia) en las Albuferas, especialmente en Laguna Honda, debido al aumento de las cargas externa e interna de nutrientes», ratifican. «Revertir esta degradación pasa por reducir las entradas de nutrientes, por las ramblas que descargan en la laguna Honda, y atenuar la liberación de P desde los sedimentos», apuntan.

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Asimismo, se pone de manifiesto la importancia de preservar en carrizal, un hábitat clave para numerosas especies características del humedal, así como de otros que motivaron su propuesta y clasificación como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). «El deterioro ha sido extremo, hasta suponer la completa desaparición del hábitat», en algunos casos, según los expertos, y se espera que la superficie del carrizal siga descendiendo si las condiciones de salinización persisten.

El fartet y la ranita

Desde las universidades de Granada, Málaga y Almería se pone el foco en el pez fartet, una de las especies de vertebrados ibéricos con mayor grado de amenaza. Es un pez endémico de la fachada mediterránea ibérica, tal y como se subraya en el informe, con una variedad genética única y exclusiva de la cuenca del río Adra. «Puede estar en grave peligro de extinción», sentencian, al tiempo que exigen medidas de gestión y conservación del ecosistema, que deben pasar por mejorar la calidad del agua y controlar las especies invasoras.

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De la misma forma, preocupa y mucho la supervivencia de la ranita meridional, también en regresión. «Podría relacionarse con la pérdida y fragmentación del hábitat, la transformación y contaminación por la intensificación de la agricultura, así como la introducción de especies exóticas invasoras», explican. Por último, también se ha detectado el declive poblacional de seis especies de aves acuáticas como la malvasía cabeciblanca: «Es la principal especie por la que fue protegido legalmente el humedal». La contaminación está detrás, además, de la «simplificación de la comunidad de aves palustres». Se trata de un «empobrecimiento general» por desaparición o declive de once especies durante la migración, reproducción o invernada. Actualmente su hábitat ha perdido calidad por actividades agrícolas, el pastoreo incontrolado no ayuda y proliferación de especies exóticas o invasoras -como gatos domésticos asilvestrados, roedores o jabalíes- tampoco.

Con todo, los expertos no dejan margen de duda. Es urgente actuar en las Albuferas de Adra y así lo establece la legislación vigente por la que se rige como espacio protegido.

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