«La única vacuna es el confinamiento»
Más de un mes después de decretarse el estado de alarma, los aplausos reconfortan: «Es una expresión del corazón. La gente nos transmite con sus aplausos que valora lo que estamos haciendo»
María Torres
Adra
Domingo, 26 de abril 2020, 01:08
Todo ser humano tiene un umbral de paciencia, pero debemos recordar que el confinamiento es la única vacuna». Palabras de un médico de urgencias a las puertas del Centro de Salud de Adra. Son las ocho de la tarde. Se abren las ventanas, los balcones y comienzan los aplausos. Desde la 'trinchera', cientos de vecinos confinados dan las gracias a quienes se exponen cada día por los demás. Desde el 'campo de batalla', se encienden las sirenas. El agradecimiento es mutuo. La procesión va por dentro.
Periodismo y compromiso
Más de un mes después de decretarse el estado de alarma, los aplausos reconfortan: «Es una expresión del corazón. La gente nos transmite con sus aplausos que valora lo que estamos haciendo». Es el sentir general de los sanitarios que cada tarde hacen un paréntesis y se dejan ver en la puerta del servicio de Urgencias. También el de los agentes de la Policía Local, miembros de Protección Civil y efectivos de la Guardia Civil. Son los llamados 'héroes' de una 'guerra' que ha contagiado a 220.000 personas en España y se ha cobrado la vida de más de 22.000. En la provincia de Almería, al cierre de esta edición, se han contabilizado más de 500 casos y más de 40 fallecidos.
A pesar de que cada día se siguen registrando cientos de fallecidos, la curva de contagios ha comenzado a aplanarse. «Estamos derivando menos casos sospechosos al hospital», confirma a este periódico Marcelo Di Cesaede, uno de los sanitarios de Adra con más guardias a sus espaldas en el último mes. Con 13 años de experiencia en España y otros tantos en Argentina, nunca había vivido nada similar y teme que la 'desescalada' o el regreso paulatino a la normalidad provoque un nuevo brote.
Miedo por los suyos
Gracias a un acuerdo de colaboración alcanzado por el Distrito Sanitario de Poniente y mientras continúe la crisis sanitaria, Marcelo reside en el hotel AR Almerimar, alejado de los suyos. «Esto me tranquiliza. Uno no sale a trabajar con miedo porque tomamos precauciones, pero es bueno sentir que no vas a contaminar a tu familia», afirma aliviado.
Otros efectivos no tienen esta opción y, al volver a casa, las precauciones son máximas. Los policías locales se duchan en la jefatura para reducir riesgos. En estas instalaciones, además, se cambian de ropa y desinfectan la suela de su calzado. Otros efectivos de Protección Civil o del Centro de Salud optan por desnudarse y descalzarse nada más entrar. «Metemos la ropa en una bolsa que va directamente a la lavadora y nosotros directos a la ducha», explica a IDEAL un técnico de emergencias sanitarias. Está casado y una niña pequeña. «Siempre estamos en alerta, siempre vamos equipados, porque no sabemos qué nos vamos a encontrar. No bajamos la guardia», apostilla. Coincide con Protección Civil en la necesidad de mantener las precauciones: «Seguimos trabajando y tocando madera, no nos podemos relajar».
Terminan los aplausos, se mantienen las sirenas, suena la música. Es el cumpleaños de Daniel y de Lucía. Policía Local y Protección Civil se coordinan para lanzarles una cariñosa felicitación antes de retomar su jornada laboral. Los sanitarios regresan a la consulta. La 'guerra' continúa.
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