La Virgen del Carmen se queda sin sede y pide ayuda a los hermanos para dar forma a su nueva casa

Todos suman: algunos costaleros ligados a la construcción trabajan los fines de semana en la reforma de la nueva casa hermandad, el Ayuntamiento aporta el material necesario y el resto contribuye en forma de donativo. Su propósito es poder inaugurar la nueva sede el 16 de julio como 'regalo' a la patrona de los marineros en su día grande.

No existe el cansancio cuando la devoción pesa más que el desánimo. A las ocho de la mañana, algunos de los que han sido y son costaleros de la Virgen del Carmen comienzan su jornada de trabajo. De la mano de la junta directiva, emplean los fines de semana, conscientes del tiempo que le roban a la familia y a sus aficiones, pero con «mucha ilusión». Ubicada enfrente del paseo marítimo de San Nicolás, la nueva sede apenas tiene 60 metros cuadrados, pero goza de muy buena ubicación. Servirá para guardar todos los enseres de la Virgen del Carmen, desde mantos a jarrones y vestidos, y también como punto de encuentro para los hermanos que dan forma a la hermandad.

Terminada la reforma, se volverán a colgar en la pared las fotografías que acreditan la devoción que despierta la sagrada imagen entre los abderitanos en general y entre las gentes de la mar en particular. La intención de la junta directiva que preside Rafael González es abrir las puertas de la casa hermandad de forma regular para que quien esté interesado pueda conocer la tradición desde dentro.

Apoyo del alcalde

Son muchos los gastos que está ocasionando la adquisición de la nueva sede. Además de los hermanos, la hermandad cuenta con el apoyo incondicional del Ayuntamiento y de su alcalde, Manuel Cortés. «Nos reunimos con él para comentarle la situación, se comprometió a ayudarnos en la medida de sus posibilidades y lo ha cumplido», subraya María del Carmen González, miembro de la junta directiva. «Estamos muy agradecidos», añade.

Con permiso de los patronos, la Virgen del Mar y San Nicolás, la Virgen del Carmen y San Marcos son especialmente queridos en Adra. La primera está íntimamente ligada al mar y el segundo, al campo. Aunque la pandemia les ha obligado a quedarse en casa, la tradición sigue viva. Según avanza la hermandad, las previsiones apunta a que este julio la patrona de los marineros tampoco podrá salir en procesión. Para entonces, la intención es poder abrir las puertas de la nueva sede y albergar la sagrada imagen por un día para que reciba el cariño de sus fieles.