Berja crea un enlace directo entre la plaza y la parroquia para las salidas procesionales

La Borriquita será la primera en desfilar en procesión, acompañado por María Santísima del Amor y la Esperanza . Lo hará mañana, a partir de las diez de la mañana, desde Alcaudique. Por la tarde, a las seis, tomará el relevo la cofradía del Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Victoria. El Martes Santo llegará el turno de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y la Virgen de las Mercedes, que desfilarán por las calles de Berja a partir de las ocho y media de la tarde. Un día después, el Miércoles Santo, lo harán el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Amargura. La salida está prevista a las nueve de la noche desde la parroquia.

El Jueves Santo es un día especial para la Semana Santa virgitana. Tres cofradías confluyen en las calles de la localidad casi al unísono. La primera en desfilar en procesión es la Cofradía del Silencio, a partir de las ocho de la tarde; media hora después, saldrá Jesús de la Caridad y la Verónica; por último, a las nueve de la noche, Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. Para finalizar, el Viernes Santo saldrá en procesión la hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad, a partir de las ocho de la tarde.

Altruismo y generosidad

Consciente de la importancia turística de su Semana Santa, el Ayuntamiento de Berja presta apoyo económico y logístico a las hermandades y cofradías para mantener la solemnidad que la caracteriza. El alcalde, José Carlos Lupión, subraya el «trabajo excepcional» que realizan todas y cada una de ellas, su «esfuerzo altruista y su generosa entrega». El regidor virgitano aplaude la participación activa que genera la Semana Santa de Berja y celebra la llegada de visitantes y turistas cada año. «La Semana Santa es orgullo de Berja y signo de las raíces cristianas de esta tierra», admite. Una Semana Santa con arraigo y tradición que llena las calles de olor a incienso, del sonido de sus bandas y del aroma de sus guisos y postres típicos. Una Semana Santa que se siente, se huele, se saborea y se disfruta en todas sus vertientes.