Berja, pasado y presente del abandono de animales

Responde al nombre de Mandy la primera perrita a la que salvó y cambió la vida la protectora de animales Rescate Animal Berja. Apareció sola y desamparada con una severa infección en la matriz. Su imagen, ya recuperada, protagonizó una campaña europea para crear conciencia sobre el abandono de perros. Han pasado siete años desde entonces y son más de un millar los animales que han encontrado una segunda oportunidad en la generosidad de esta asociación virgitana que, pese a la escasez de ayuda, sigue adelante.

La actividad es contante. Los avisos por la aparición de perros sin identificar, abandonados o maltratados proceden de la Alpujarra y del Poniente. Se suceden diariamente hasta alcanzar los «20 casos de media» a la semana durante los meses de verano. La cifra se dispara hasta los 40 avisos semanales durante el verano.

También se atiende a los gatos, con especial atención a las colonias que se localizan. «Berja ha sido y es un foco de abandono por estar en las inmediaciones del parque periurbano. Los animales son abandonados en esta zona e intentan llegar hasta Berja por la carretera, poniendo en peligro su vida y la de los conductores», explican desde Rescate Animal Berja.

El rescate es la primera fase del proceso y la segunda, la adopción. «Hemos gestionado casi el cien por cien de los casos que hemos atendido», señalan con satisfacción. Es el caso de Nico, por citar un ejemplo: un cachorro lactante que fue encontrado en un contenedor de basura de Berja. Sobrevivió y hoy disfruta del calor de un hogar en Alemania. «La mayoría parten para el extranjero. Fuera de España se producen más adopciones. Aquí aún se siguen comprando muchos perros», lamentan.

Casas de acogida

Entre el abandono y la adopción, existe una pieza fundamental en el proceso. Es la casa de acogida, un lugar donde el animal aguarda los días a la espera de encontrar una familia. Y es justo en este punto donde existe una necesidad suprema. «Actualmente tenemos 10 casas de acogidas, pero siempre resultan insuficientes», reconocen.

Para acoger a un animal abandonado de forma temporal, no se precisan requisitos. «Una persona responsable a la que le gusten los animales, aunque nunca haya tenido uno antes; que pueda convivir en su casa con un animal y que no pase el día solo», se matiza. Rescate Animal Berja se hace cargo de los gastos que genere un perro o un gato durante su estancia en un hogar de acogida.

La recompensa para el que acoge, lejos de ser económica, no tiene precio. «La recompensa está en el proceso de curar a ese animal, que pasa de estar en la calle a un lugar cubierto y seguro. Te alimenta el alma ver a un ser vivo crecer y recuperarse. Los animales te dan todo su amor porque solo saben querer», sentencian desde esta protectora de Berja, formada por apenas una decena de personas.

Conscientes de que la labor que realizan puede genera cierto «rechazo social», insisten: «Ayudar a una animal es uno de las acciones más altruistas que existen».