La Guardia Civil descarta que el fallecido en el tiroteo de Berja entregara el arma al autor del crimen de El Ejido

La investigación en torno al tiroteo de Berja continúa arrojando datos, aunque a cuentagotas, sobre los hechos que ocurrieron en la estación de servicio ubicada en la zona norte del municipio donde un hombre murió tras recibir, al menos, siete disparos de su presunto autor, que sigue en busca y captura. Entre las hipótesis que manejaban desde la Guardia Civil queda «completamente descartado» que existiera una relación entre la víctima mortal a causa de los disparos en la localidad virgitana con el presunto autor del crimen de la calle Francisco Ayala, en la Loma de la Mezquita de El Ejido.

Inicialmente se habría manejado que el fallecido en el término virgitano habría facilitado el arma, sin embargo, fuentes oficiales niegan que ocurrieran tales circunstancias. Además, según ha podido saber esta redacción, Jonathan, fallecido en el tiroteo de Berja, era primo del varón de 30 años que se quitó la vida tras disparar al menor de 17 años en la calle Francisco Ayala de El Ejido y no tenía relación con el implicado.

Jonathan, o 'Jony' como lo conocían sus seres queridos, fue enterrado el pasado lunes, 5 de mayo, en la localidad granadina de Ugíjar en medio de un fuerte despliegue policial para disuadir cualquier tipo de altercado y prevenir una rápida acción en caso de que se produjera un conflicto ante las tensiones que se habían generado, aunque los actos funerarios se desarrollaron finalmente en un clima de relativa tranquilidad.

En este pequeño pueblo de la alpujarra granadina, los familiares dieron sepultura mediante el rito evangelista al varón de 37 años tras velarle entre lágrimas después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Berja, en funciones de guardia, autorizara la entrega del cuerpo tras la autopsia preliminar, que determinó que la víctima falleció por una gran pérdida de sangre y daño en el sistema nervioso por las heridas de bala. En concreto, la causa de muerte se debió a un shock hipovolémico y neurogénico.

La Guardia Civil continúa con la investigación, según trasladan desde la Comandancia Provincial de Almería, y se mantiene bajo secreto de sumario con el fin de no entorpecer las pesquisas que manejan en torno a lo sucedido en la estación de servicio virgitana, que permaneció cerrada durante varios días en lo que los investigadores recababan pruebas en la zona aunque se baraja un posible «ajuste de cuentas».

Cabe recordar que el tiroteo mortal que se cobró con la vida de Jonathan y dejó a un herido de bala ocurrió el pasado viernes, 2 de mayo, en torno a las 16:00 horas. Tras los disparos, en cuestión de minutos, se trasladaron los profesionales de los servicios sanitarios –al menos una ambulancia medicalizada del 061– que no pudieron hacer nada por salvar la vida del fallecido, que yacía muerto en el suelo de la estación de servicio situada al norte de Berja, cerca de la barriada de Buenos Aires, en la salida del núcleo urbano hacia Laujar de Andarax y Las Alpujarras.

Por su parte, el herido leve, de 45 años, tuvo que ser evacuado al Hospital de Poniente por haber recibido un disparo en el brazo. Además, los profesionales sanitarios asistieron por ansiedad a una mujer e hija que recibieron los impactos de bala en el vehículo en el momento en el que iban a repostar a la gasolinera, ajenas a lo que estaba sucediendo en la zona.

Una decena de testigos que se encontraban en el establecimiento en el momento en el que tuvo lugar el cruce de disparos habría confirmado que esos hechos se habrían producido «en un abrir y cerrar de ojos». Se encontraban en la puerta de un establecimiento hostelero cuando comenzaron los tiros. «Todo ocurrió muy deprisa», comentaba un testigo, aún sobresaltado por la violenta situación que ha tenido un final trágico.

Testigos en el lugar del tiroteo mortal acontecido en la gasolinera de Berja aseguraron que «nunca se había vivido algo así, nunca te lo esperas porque este pueblo es muy tranquilo», comentaba uno de los presentes en la zona. La gente iba y venía del bar 'El Punto' para alternar con amigos y, en cuestión de instantes, se vieron enfrascados en un cruce de balas ajenos a todo ello.

«No entendemos qué es lo que ha pasado», indicaba su acompañante. Todavía con su respiración agitada. Había salido del establecimiento al escuchar el estruendo de las armas al descargar contra la víctima y el herido. Los disparos duraron unos segundos. Después, llegaron sanitarios y guardias civiles para cerrar el lugar del crimen. La furgoneta que había llegado para impactar contra la víctima mortal se dio a la fuga y, horas más tarde, la localizaron vacía en El Ejido.

«Es un susto muy fuerte, no te lo esperas que vayan a venir aquí a descargar con pistolas», sentenció otro hombre. «No se nos va a olvidar nunca», señalaron sobre este trágico tiroteo del que, desde la Comandancia de Almería, en plena investigación, optan por mantener silencio absoluto sobre las actuaciones que se están desarrollando.

De hecho, en el Ayuntamiento de la localidad pidieron «calma» y «tranquilidad» y pidieron dejar operar a los agentes de la Guardia Civil encargados de arrojar luz sobre lo sucedido. El alcalde de la localidad, José Carlos Lupión, prefirió mantenerse al margen. «Son hechos que están bajo investigación policial y cualquier tipo de pronunciamiento podría entorpecer las indagaciones», reflexionó con IDEAL el primer edil.

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