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Los virgitanos cumplen con la tradición y dedican quince días de culto a su patrona

 

María Torres

Viernes, 6 de mayo 2016, 12:07

La Virgen de Gádor ha protagonizado la actividad religiosa en Berja durante la primera quincena de marzo. Una vez más, los virgitanos han arropado a su patrona durante quince días de culto en la iglesia de La Anunciación. Una tradición que perdura en el tiempo durante más de 400 años.

La programación comenzó con la tradicional bajada de la Virgen de Gádor desde su ermita hasta la parroquia a lo largo de un recorrido plagado de alabanzas a cada paso. Es el inicio de quince días ininterrumpidos para pedir y rezar a la patrona. Entre los actos más relevantes, destaca la ofrenda floral a la Virgen de Gádor del pasado 7 de marzo y el desfile el procesión, un día después, acompañada por San Tesifón. Asimismo, entre el 9 y el 11 de marzo, se sucedieron ejercicios espirituales. Los niños y los jóvenes adquirieron especial protagonismo en la novena del día 9. La bendición del manto del pasado 14 de marzo y su subida a la ermita, un día después, puso fin al programa de culto. Aunque el respeto por la tradición marca la devoción que los virgitanos profesan en esta celebración, este año se han introducido algunos cambios. Por primera vez, en la misa de bienvenida a la Virgen, el Hermano Mayor, Antonio Campos, leyó el voto del concejo de Berja. Realizado en 1651, se acordaba trasladar a la Virgen en rogativas por la sequía, motivo que dio origen a la Bajada de la Virgen de cuaresma.

Además, la venerada imagen ha estrenado una camisa y un vestido para el Niño Jesús, bordados en oro fino por las monjas Clarisas del Santo Ángel Custodio de Granada. «Otra camisa y otro vestido del Niño, confeccionados por un grupo de devotas virgitanas, que a su vez han pasado el bordado de una saya y un manto antiguo a un nuevo género en terciopelo verde», detallan desde la hermandad. Las dos primeras prendas las estrenó la Virgen el día de la procesión y el resto en la subida a su ermita. En este 2015 también han visto la luz por primera vez ocho sotanas rojas y otros tantos roquetes, realizados por las mismas devotas. «Por último, se han estrenado 10 báculos. Cuatro de ellos llevan una magnifica reproducción a escala del templete de la ermita, con la figura en bulto redondo de la Santísima Virgen. Los seis restantes están realizados con una vara de madera, con remates en orfebrería plateada en sus partes inferior y superior y coronados por las antiguas «galletas» de los báculos de la hermandad», concretan las mismas fuentes.

Lo que no cambia, sin embargo, es el cariño que la Virgen de Gádor despierta cada año entre los virgitanos cuando abandona su ermita y se instala en la parroquia. Las incontables flores que luego luce en sus traslados en procesión, obtenidos en la ofrenda floral de los devotos, son solo una muestra de este sentimiento.

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