Vecinos de Hirmes y de Benínar se unen para costear la restauración de la iglesia
Más de tres décadas después de quedar sepultado bajo las aguas de un embalse, Benínar sigue reivindicando su identidad. Aquellos que se criaron en sus calles se han dado la mano con los vecinos de Hirmes, antigua pedanía de Benínar, para restaurar la antigua ermita de este pequeño núcleo poblacional que hoy depende del Ayuntamiento de Berja. Durante dos años, han depositado «tiempo, esfuerzo y dinero» en acondicionar el templo y en recopilar las reliquias religiosas que quedaron repartidas entonces por otras iglesias de la comarca de la Alpujarra. Hirmeros y benineros se han dado la mano en esta ilusión compartida que se ha forjado a base de donaciones. «Algunos vecinos han aportado ladrillo, otros pintura, otros su tiempo, los más lejanos dinero en metálico y, sumando entre todos, hemos conseguido saldar una deuda histórica con el que fue nuestro pueblo», comenta un beninero afincado en Cataluña. Aunque se vieron obligados a emigrar, se consideran «paisanos de por vida» de los vecinos de Hirmes que hoy también mantienen viva la historia de Benínar. Sin respaldo económico alguno del Obispado de Almería, asumieron el adecentamiento de su pequeña iglesia hace un par de años. Además, iniciaron la construcción de una pequeña ermita de las Ánimas desde donde se divisa el pantano bajo el que subyace Benínar. Según Maribel Garzón, una de las pesonas que ha promovido la iniciativa, sería complicado cifrar tanto el número de personas que ha colaborado con la restauración de la iglesia de Hirmes como el coste global del proyecto. La ermita sólo conserva los bancos de entonces y las imágenes religiosas a las que se rinde culto. «Ha sido muy importante la implicación de los vecinos, de personas que residen aquí, de otras que están repartidas por el resto de España e incluso por el extranjero», subraya esta vecina de Hirmes que destaca también la colaboración del Ayuntamiento de Berja y la atención recibida por parte de los sacerdotes José Rodríguez y Juan José Martínez.
María Torres
Viernes, 6 de mayo 2016, 12:31
Satisfechos con el trabajo realizado, los vecinos de Hirmes y de Benínar aglutinarán en un mismo espacio las imágenes que representan a sus patronos, la Virgen del Carmen y San Roque, así como otras reliquias que se desalojaron de Benínar antes de la construcción del pantano. Forman parte del escaso patrimonio cultural que se conserva de aquel pueblo y de ahí el interés por conservarlo y ponerlo en valor. Apenas una veintena de vecinos habita actualmente en Hirmes que estrenará iglesia gracias a la constancia de sus gentes.
Presencia del obispo
El obispo de Almería, Adolfo González, estará presente este domingo en Hirmes para presidir la consagración del nuevo altar. El acto, que comienza a las doce del mediodía, será un punto de encuentro para los hirmeros y benineros que mantienen vivo el espíritu de Benínar. La iglesia de Hirmes abre sus puertas una vez al mes para celebrar misa y durante las fiestas patronales del mes de julio.
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