María Torres
Viernes, 6 de mayo 2016, 12:27
Experiencia Casi treinta años avalan la experiencia en el sector de Rafael Villegas y Dolores Marín. Profesores de autoescuela, juntos apostaron por emprender en Berja un negocio familiar que, desde hace apenas un año, también está presente en la capital. Actualmente forman a medio centenar de personas. «No es fácil mantenerte en tu pueblo ni hacer frente a una competencia que puede resultar engañosa porque cuando decides sacarte el carnet de conducir sabes cuando empiezas, pero no cuándo acabas», matiza el presidente de la asociación de empresarios de este sector desde hace ocho años.
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Por sus aulas han pasado distintas generaciones. «Hasta los nietos de quienes un día fueron nuestros alumnos», afirma Villegas. El último aprobado, un joven de Almería de 18 años, «con 19 clases y la primera». Móvil en mano, ha agradecido tanto la formación como el trato recibido durante su etapa como aprendiz. «Este es un trabajo muy serio y así lo reconocemos desde hace muchos años. Intentamos que nuestros alumnos salgan de aquí sabiendo manejar un volante. La carretera no es un juego. Hablamos de vidas», sentencia Dolores.
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