El acusado de matar a su mujer en Berja dice que quería asustarla y creía que vivía tras apuñalarla

H.D., el marroquí residente en Berja, acusado de matar en agosto de 2014 a su expareja, de la que tenía vigente una orden de alejamiento, ha declarado hoy que quería "asustarla" tras haberla visto con otro hombre, y que creyó que seguía viva tras asestarle 33 puñaladas.

"Cuando me fui pensé que estaba viva porque se quedó de pie, no sé si se cayó cuando salí pero yo la dejé en pie", ha afirmado esta mañana ante el jurado popular H.D., quien se enfrenta a penas que suman 25 años y 10 meses de prisión a petición del Ministerio Público por un delito de asesinato, otro de quebrantamiento de condena y dos más de amenazas.

Ha asegurado que cuando cogió el cuchillo y se dirigió a casa de su expareja, M.C.M.C. pensó en que "la iba a asustar" a ella y al hombre que, según él, se encontraba con la víctima en su domicilio, si bien ha manifestado que al llegar al piso "ya no veía nada ni tenía conciencia de nada", hasta que días después "razonó lo que había hecho".

Ha dicho que estaba "enfadado, superenfadado" y que tras apuñalar a la mujer "no veía sangre, sino todo blanco", que se "asustó" y se fue del lugar, y ha sostenido en todo momento que en la vivienda había otro hombre que permaneció "oculto" y que esa noche había bebido whisky en grandes cantidades porque se "sentía mal".

Aunque ha reconocido que fue condenado en dos ocasiones y que incumplió la orden de alejamiento que pesaba sobre él, H.D. ha intentado demostrar que actuó guiado por los "celos", tras declarar que la relación de pareja se rompió después de un año porque "tenía constancia de que mantenía relaciones con otros hombres".

No obstante, ha negado haber amenazado a dos primas de la víctima tras el apuñalamiento, y argumentado que, a pesar de no tener diagnosticada ninguna enfermedad mental o tomar medicación porque "nunca ha ido al médico", en "cuando se enfada, se enfada".

La calificación provisional del fiscal, a la que ha tenido acceso Efe, señala que H.D. había sido condenado el 23 de julio de 2014 a la pena de seis días de localización como autor de una falta de vejaciones a M.C.M.C., con quien había mantenido una relación de amistad y sentimental,

El juez había prohibido al hombre aproximarse y comunicarse con la mujer, pena que se encontraba vigente hasta el 21 octubre de 2014.

El fiscal señala que H.D. se encontraba a las 05:50 horas del 2 de agosto de dicho año en las escaleras de un bazar de Berja, cuando vio en una explanada a M.C.M.C. conversando con dos personas y abandonó ese lugar.

El acusado volvió entonces a su domicilio, se cambió de ropa, cogió un cuchillo y con ánimo de terminar con la vida de la mujer se dirigió a la casa de ella.

Sobre las 06:15 horas, llamó a la puerta y tras abrir M.C.M.C., "sorpresivamente y sin que aquella pudiera defenderse", le asestó 33 puñaladas.

Dos horas más tarde llamó por teléfono a un número de móvil que creía era de la prima de la víctima, S.J.C., que, sin embargo, era usado por la pareja sentimental de ésta, F.S.M.

Pese a haber sido atendido por F.S.M., le dijo a éste que le comunicase a su pareja que "había metido 6 o 7 puñaladas a su prima, que se encerrara y no saliera de casa".