Borrar
Pésame institucional por el fallecimiento de Fausto Romero

Pésame institucional por el fallecimiento de Fausto Romero

El Ayuntamiento de Berja ha manifestado sus condolencias por la pérdida del ilustre virgitano

r. i.

BERJA

Viernes, 9 de agosto 2019, 11:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El alcalde de Berja, José Carlos Lupión, ha expresado sus condolencias por el fallecimiento del ilustre virgitano Fausto Romero Miura-Giménez, que fue concejal del Ayuntamiento de Almería con UCD y que ha tenido una dilatada trayectoria como articulista en La Voz de Almería, y también como tertuliano en radio y televisión, además recibió la Medalla de Oro de la Provincia de Almería otorgada por la Diputación.

Después de haber pasado por una dura enfermedad, Fausto Romero Miura, ha fallecido en Madrid a los 73 años. Fausto Romero siempre alardeó de su ciudad natal de Berja, donde pasó su infancia, haciendo suya la frase de Rilke «la infancia es la patria del hombre». Amante de Berja, en la cual conserva muchas amistades, también fue un apreciado devoto de la Virgen de Gádor. En el año 2008 pronunció el pregón de la Feria de Berja donde destacó a la ciudad como «uno de los pueblos más hermosos de la provincia, que mantiene intacto su centro histórico, un magnífico exponente de la arquitectura romántica-palaciega del siglo XIX, a la que se ha unido la espléndida y majestuosamente recuperada Plaza Porticada.

En un reciente artículo escrito para 'La Voz de Almería' el pasado año, Fausto Romero, contó a la sociedad almeriense que padecía cáncer de pulmón, lo contaba desde la serenidad, diciendo cosas como éstas: «Sólo sé que, afortunadamente no tengo metástasis y que el bicho, aunque es grandote, está limitado al pulmón. A mis años, casi 73 ya, si la solución es, digamos, no cruenta y garantiza una supervivencia de calidad, optaré por ella; si no lo es, dejaré que la vida siga su curso hasta el final, metido como estoy en la ancianidad, «último periodo de la vida ordinaria del ser humano», según el Diccionario de la RAE. Es, para mí, una mera cuestión de coherencia: siempre he pensado que la vida es, sólo, carpe diem, cuestión de intensidad –sin esperar a que la muerte cure de la vida, como decía Jorge de Oteiza- y no de extensidad, y que la muerte sólo es espantosa para quienes no mueren con esa muerte -familiares y amigos- pues para los muertos, después de morir no hay otro mal ni penar, escribía Jorge Manrique, y todo es morir, y acabose la obra, Cervantes; que la vida es, sólo, un préstamo –una letra a la vista- que hay que devolver. Decía Omar Khayyám que «la vida es un bien que yo no elegí y que devolveré con indiferencia». Por ello, siempre llevo en el bolsillo la tarjeta de embarque».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios