La localidad de Fuente Victoria, en plena Alpujarra almeriense, vivió ayer una celebración especial. En esta pequeña villa de apenas 300 habitantes y la única entidad local autónoma de la provincia, el 28 de diciembre es mucho más que el Día de los Santos Inocentes.
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Entre Navidad y Año Nuevo, los vitorinos pasan una jornada de convivencia muy divertida. Ese día, dos vecinos del pueblo lo 'toman' y son ellos los que ponen las normas que, principalmente, consisten en multar a todo el que pasa por las calles -conductores incluidos- si no quieren que les sentencien unas horas en un improvisado calabozo en la Casa Consistorial.
Previamente, como manda la tradición, la alcaldesa, Rosa María Ginés Dueñas, les entrega de manera simbólica el bastón de mando y pasa a ser una ciudadana más del municipio. Así fue cómo Francisco Moya y Álvaro Forte Molina fueron ayer alcaldes por un día, como lo vienen siendo en los últimos años.
Por su parte, la Cuadrilla de las Ánimas Benditas recorre una a una las viviendas de la localidad para pedir dinero para los más necesitados. Lo hacen a cambio de las típicas coplillas y villancicos, mientras los vecinos les agasajan con licores y los dulces icónicos de esta época navideña.
Antiguamente, los músicos salían a cantar por las calles durante el 27 y el 28 de diciembre, interpretando coplas alusivas a las ánimas benditas. «Ese dinero se destinaba por si algún pobre se moría o había gente que lo necesitaba», comenta Carmen Moya, una de las vecinas más veteranas del lugar.
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Era, según narra, el 28 cuando los alcaldillos 'tomaban' el pueblo. Además, por la tarde, se celebraba en la plaza el baile de pujas, en el que los hombres del municipio y visitantes pagaban por bailar con las mujeres solteras, o bien, por 'robárselas' a sus esposos mientras danzaban. Si estos se negaban, se veían obligados a contrarrestar la oferta con una mayor cantidad. La recaudación también iba, igualmente, a las ánimas benditas.
Hoy en día, todo ha quedado en una misma jornada de celebración en esta población que ha ido, poco a poco, recuperando las vivencias de sus antepasados. Pero, además, viene organizando en los últimos años una particular feria del mediodía con migas alpujarreñas y tardeo.
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A las cinco de la tarde, los más pequeños tuvieron ayer la oportunidad de disfrutar de los juegos infantiles programados en la calle de la Iglesia y, dos horas después, desde las siete, los vecinos y visitantes participaron del tradicional baile de pujas, amenizado por el Grupo Azahara.
Para concluir la velada, desde las 11 de la noche, siguió la fiesta con disco móvil Souldance y Óscar DJ.
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«Los alcaldillos vuelven a las calles, conquistan el Ayuntamiento, ponen sus multas a vecinos y visitantes. Vuelven los villancicos y coplillas por las casas, que sonarán con más fuerza que nunca. Las migas, la verbena, la música y el baile tendrán todo el protagonismo de este día», resume el propio Ayuntamiento de Fuente Victoria en sus redes sociales.
Así, grandes y pequeños se convierten ese día, cada 28 de diciembre, en los protagonistas de una tradición legendaria que cada año recobra más fuerza y recupera las vivencias que se remontan a cientos de años.
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